El Centro Simon Wiesenthal considera como un paso en la dirección correcta la reunión mantenida entre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y un grupo de líderes judíos encabezados por Ronald Lauder (Presidente del Congreso Judío Mundial) y Jack Terpins (Presidente del Congreso Judío Latinoamericano), con vistas a normalizar las relaciones de la comunidad judía venezolana con su propio gobierno.
Entre los incidentes antisemitas más destacados que tuvieron lugar en Venezuela bajo el gobierno de Chávez se cuentan:
Dos allanamientos contra el Centro Social, Cultural y Deportivo Hebraica de Caracas (donde funcionan un club, una sinagoga y una escuela), con la excusa de que allí se acopiaban armamentos y explosivos.
Un discurso en vísperas de la Navidad de 2005, durante el cual el presidente Chávez dijo que "el mundo tiene riquezas para todos, pero algunas minorías, entre ellas los descendientes de los asesinos de Cristo, se han apoderado de las riquezas de este mundo", reflotando la acusación contra los judíos de haber sido responsables d el deicidio (el asesinato de Cristo) y fortaleciendo el mito de la concentración de la riqueza en manos judías.
Permanentes ataques desde tribunas mediáticas oficialistas, particularmente desde un programa televisivo, La hojilla, emitido a través de un canal público. Durante una de sus emisiones en vísperas del referendo de diciembre de 2007, el conductor, Mario Silva, mencionó a los miembros de una familia judía como financistas de una conspiración contra el gobierno y agregó que “no me pueden decir antisemita; yo siempre dije que aquellos empresarios judíos que no están con la conspiración que lo digan". En otras palabras, los judíos son culpables, a menos que se demuestre lo contrario.
El gobierno de Chávez es un aliado estratégico del régimen iraní, cuyo presidente, Mahmoud Ahmadinejad, ha formulado reiterados llamamientos genocidas a favor de la destrucción de Israel.
El embajador de Venezuela en Rusia declaró hace tres meses que en el fallido golpe de estado del 11 de abril de 2002, que pretendió derrocar al presidente Hugo Chávez, participaron “numerosos francotiradores del Mossad, que eran ciudadanos venezolanos pero judíos”.
“Nuestro Centro valora y reconoce, en primer lugar, el accionar de los presidentes de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y de Brasil, Luiz Lula da Silva, quienes, facilitando este encuentro, han demostrado que su compromiso contra el odio y la intolerancia no es retórico sino concreto. Ayudar a que l os judíos de Venezuela tengan diálogo con su propio gobierno va más allá de la lucha contra el antisemitismo; se trata de una defensa de los derechos humanos y cívicos más elementales”, señaló el Dr. Shimon Samuels, Director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal.
“Seguiremos con interés y cautela este nuevo rumbo que parece iniciarse, pero al mismo tiempo creemos que a la par de firmar cualquier acuerdo para erradicar el antisemitismo en América Latina, el gobierno de Chávez tiene que comenzar por investigar los escandalosos ataques contra la comunidad judía en Venezuela y castigar a los responsables. La verdad y la justicia sentarán las bases de la convivencia y el respeto mutuo”; agregó Sergio Widder, Representante para América Latina del Centro.
Centro Simón Wiesenthal: info@cswlatinoamerica.org
|
|
|
|
|
|