Las potencias mundiales acordaron demorar la votación de nuevas sanciones contra Irán hasta fines de noviembre y la dejaron sujeta a los reportes del organismo de control de la ONU y de un negociador de la Unión Europea (UE).
Los ministros de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia y Gran Bretaña solicitaron al jefe de Política Exterior de la UE, Javier Solana, que mantenga más conversaciones con el negociador nuclear de Irán, Ali Larijani.
Mientras, la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés) intenta aclarar dudas sobre las actividades nucleares pasadas de la república islámica.
"Acordamos finalizar un texto para una resolución de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU (...) con la intención de llegar a una votación (...) a menos que los informes de noviembre del doctor Solana y del (jefe de la IAEA) doctor (Mohamed) ElBaradei, muestren un resultado positivo de sus esfuerzos," señaló un comunicado conjunto
El resultado fue un revés para Estados Unidos y Francia, que habían buscado una acción más rápida para intensificar la presión económica y política sobre Teherán por su negativa a detener el enriquecimiento de uranio, que Occidente cree apunta a desarrollar armas nucleares.
Un diplomático europeo involucrado en el proceso lo describió como "una victoria de la unidad sobre la precipitación."
Rusia y China se opusieron a una primera medida para intensificar las sanciones económicas, diciendo que se le debería dar a Teherán un mayor tiempo para cooperar con la IAEA a fin de arrojar luz sobre sus actividades pasadas.
Hablando mientras las principales potencias se reunían en otra parte de Nueva York, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán dijo desafiantemente que las sanciones no cambiarían lo que describió como la política nuclear "racional" de Teherán.
Manouchehr Mottaki dijo en la Asia Society: "Las sanciones como herramienta política para ejercer presión son inefectivas para hacer que Irán cambie su elección de una política básicamente racional."
Alemania, el mayor socio comercial europeo de Irán, está entre dos aguas, al insistir en que mayores sanciones deben estar dentro del marco de la ONU y a condición de evitar el uso de fuerza militar contra la república islámica.
"No podemos excluir sanciones en el largo plazo en la búsqueda de una solución diplomática y política. Depende de Irán mismo," dijo el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier.
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