La extraordinaria y conmovedora historia de una misionera escocesa que dio su vida por proteger a cientos de niñas judías durante el Holocausto tiene un nuevo capítulo. Un testamento escrito a mano y una serie de fotografías que no se habían publicado brindan una mirada fascinante a la vida de Jane Haining, quien murió en el campo de concentración de Auschwitz en 1944. Haining, de 47 años, se negó a abandonar a las niñas que tenía bajo su cuidado, la mayoría de ellas huérfanas, cuando trabajaba en un colegio judío dirigido por la iglesia de la Misión Escocesa en Budapest, Hungría. Gracias a eso alcanzó a proteger a 315 estudiantes durante cuatro largos años, hasta que alguien la delató y fue detenida por la Gestapo. Según los documentos que acaban de ser revelados, antes de ser capturada Haining tuvo la posibilidad de regresar a Escocia, pero no quiso hacerlo con el argumento de que tenía que seguir cumpliendo con su deber. “Si estas niñas me necesitan en días soleados, cuánto más necesitarán de mí en días oscuros”, declaró entonces. El nuevo material, que pronto será entregado a la Biblioteca Nacional de Escocia, fue descubierto en una caja del archivo que el Concilio de la Misión Mundial de la Iglesia escocesa tiene en sus oficinas en Edimburgo. Uno de los documentos es un extracto de un reporte entregado por el obispo polaco Laszlo Ravasz en 1945, un año después de la muerte de Haining en Auschwitz, en el que explica que en tres ocasiones los superiores de la misionera le ordenaron que abandonara a las niñas y regresara a su país. Según el obispo, miembro de la Iglesia Reformada que también ayudó a salvar a muchos judíos, Haining siempre respondió así: “Debo seguir cumpliendo con mi deber y permanecer en mi cargo”. A pesar de estar bajo vigilancia, la misionera, hija de un campesino de la pequeña ciudad de Dunscore, iba con mucha frecuencia a las 5 de la mañana al mercado de Budapest para comprar comida para las niñas. También usó el cuero de sus maletas para hacerles unas nuevas suelas a los gastados zapatos de las estudiantes. Se cuenta que quien la traicionó fue el yerno del cocinero del colegio, a quien Haining encontró un día comiéndose la escasa comida reservada para las niñas. La misionera fue arrestada por dos oficiales de la policía secreta nazi y, según una publicación de la Iglesia de Escocia en su página de Facebook, fue acusada de ocho cargos, incluido “trabajar entre judíos”, “llorar al ver a las niñas portar estrellas amarillas”, “escuchar noticias de la BBC” y “visitar prisioneros de guerra británicos”. Fue enviada al campo de concentración de Auschwitz en una Polonia ya tomada por los nazis, el mismo al que llegaron varias de sus estudiantes. El certificado de su muerte asegura que falleció de una enfermedad conocida como caquexia, generada por un estado de extrema desnutrición que acabó con su cuerpo. Ese y otros documentos fueron descubiertos por azar en un ático en Edimburgo por investigadores que preparaban una exposición en Budapest para conmemorar los 175 años de fundación de la Iglesia de la Misión Escocesa. “Lo más conmovedor fue descubrir que su último testamento decía ‘abrir en caso de que yo muera’ y estaba fechado en julio de 1942”, aseguró en la página de la Iglesia en Facebook el reverendo Ian Alexander, secretario del Concilio de la Misión Mundial. “Ella estableció en qué consistía su herencia y quién recibiría su máquina de escribir, su abrigo de piel y sus relojes. Es un documento extraordinario y es muy emocionante tener algo escrito por ella. Nos hace comprender que tenía plena conciencia de todos los riesgos que estaba corriendo”, agregó el reverendo. Según él, la de Haining es una historia de heroísmo y sacrificio personal desgarradora pero también muy inspiradora. Jane Haining es la única escocesa que ha recibido honores en el museo del Holocausto en Israel, el Yad Vashem. También tiene una placa que la recuerda en la iglesia de su pueblo, Dunscore, y fue reconocida con la medalla a los Héroes del Holocausto por el gobierno del Reino Unido, en 2010. CNN
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