La asunción de Macri al cargo de Presidente reavivaron ansiadas aspiraciones de una alianza estratégica entre el Estado Judío y Argentina, un tipo de represalia por la conducta del régimen kirchnerista durante sus últimos años. Apenas difundidos los resultados de la primera votación, aún antes del ballotage, medios israelíes ya se encargaron de difundir elocuentes trascendidos de la visita de Macri a Jerusalén en 2014. Según estas fuentes, Macri le prometió a Netanyahu que Argentina se convertirá en un aliado estratégico de Israel. Citando a Claudio Avruj, ex directivo de DAIA y entonces Subsecretario de Derechos Humanos de la Municipalidad de Buenos Aires, que acompañó a Macri en esa ocasión, la nota resalta que el líder argentino “reconoce el liderazgo de Israel en tecnología e innovación en temas de seguridad y que el encuentro que tuvo con Netanyahu él le planteó el deseo de ser un socio estratégico en esas dos cuestiones”. Posteriormente agregó Avruj: “Netanyahu, que entiende que la Argentina siempre tuvo una buena relación con Israel y que acá vive la comunidad judía más grande del continente, le dijo que no solamente en esas áreas podemos ser socios estratégicos, sino que hay muchísimas más”[1]. Esta visión general fue reforzada tras un nuevo encuentro de estos dos líderes en Davos, enero 2016, con Macri en función de Presidente argentino. En esta oportunidad las fuentes oficiales anunciaron que “Macri y Netanyahu acordaron fortalecer vínculos de cooperación entre ambos países en materia de inversión, ciencia, tecnología, seguridad, defensa y alimentación”[2]. La primera acción del nuevo gobierno argentino relacionada con esta temática fue motivo de gran festejo en Israel y la colectividad judía local. Germán Garavano, Ministro de Justicia de la Nación, renunció al derecho de apelar, y como consecuencia, el Memorándum con Irán quedó sin efecto al ser declarado anticonstitucional. No se puede afirmar lo mismo del accionar posterior. Analizando la realidad desde la toma de mando del nuevo gobierno argentino, da la impresión que Israel e instituciones judías cantaron victoria antes de tiempo. Una revisión crítica de los acontecimientos, y sobre todo de las decisiones de la administración macrista, difícilmente pueda liberarse de la sensación que, en el arranque de ese grandioso proyecto de alianza estratégica, Macri dejó su maquinaria en punto muerto, o incluso dio marcha atrás, en vez de acelerar en primera. Parece que el nuevo mandatario argentino comenzó a despabilarse y llegó rápidamente a la conclusión que ese abrazo de oso que le propone la moderna tecnología israelí puede llegar a convertirse, con la ayuda del liderazgo judío local, en una asfixia de poder. Macri proporcionó a Israel el primer disgusto al desentenderse totalmente de la concreción de una millonaria operación en materia de defensa que curiosamente ya estaba cerrada económica, técnica y logísticamente, con la cúpula de la fuerza aérea de la desconsiderada administración kirchnerista. “Joseph Weiss, Presidente de IAI, empresa global de defensa del estado israelí, se preparaba para el anuncio del año en la región. La venta a la Argentina de 14 cazabombarderos supersónicos Kfir Block 60. El martes 10/11/15 se haría el anuncio oficial formal en el edificio Libertador. Así lo había organizado Agustín Rossi, Ministro de Defensa Argentino. Pero todo se hundió la tarde del lunes. El importe de la operación (360 millones de US$) demandaba la rúbrica de Anibal Fernandez, Jefe de Gabinete, condición que no se pudo cumplir sin ninguna explicación. El Ministro Rossi solo atinó a argumentar que era mejor postergar la decisión hasta la asunción del nuevo gobierno”[3]. Macri no podría haber pensado en una herencia tan favorable para dar el puntapié inicial a esa idílica alianza estratégica de la que tanto hablaron en Jerusalén. Solo le demandaba comprometer una garantía de 360 millones de US$, una bicoca después que el mundo le abrió los grifos financieros a Argentina. ¿Qué decisión tomó Macri? Enviar a Julio Martínez, su Ministro de Defensa, a Paris para que negocie con los franceses la compra de “12 aviones Mirage F1, algunos Mirage 2000 y motores para poder utilizar la veintena de Pucarás que están actualmente inmovilizados”[4]. Un desplante diplomático a Netanyahu. Eugenia Vidal, correligionaria y ex Vice Jefa del gobierno de Macri en la ciudad de Buenos Aires, actual Gobernadora de Provincia Buenos Aires, también agregó su granito de arena con un claro desaire a Israel en la materia más importante: seguridad. Como se sabe, Macri reconoció que en su momento nominó a Fino Palacios como Jefe de la Policía Metropolitana por sugerencia, entre otros, de la Embajada de Israel. En esta oportunidad, Vidal no confió en el Estado Judío y decidió asesorarse con una empresa china para poner en práctica un extenso programa de modernización en la policía provincial[5]. Otra indirecta de disconformidad con Jerusalén. Con respecto al conflicto con los palestinos, hasta la fecha, el nuevo gobierno argentino no modificó ninguna decisión de su antecesor que tanto protegió las posiciones palestinas en organismos internacionales. Más aun, en el mes de abril de este año, la nueva cancillería dio su apoyo a la resolución “Palestina Ocupada” de UNESCO que detalla una serie de contravenciones israelíes en el cuidado de lugares sagrados por parte de una fuerza ocupante en ese territorio conquistado militarmente. Refiriéndose a aspectos económicos argentinos, Modi Ephraim, Director General para América Latina en la Cancillería Israelí, declaró recientemente que “la economía está en un buen camino por lo que hay muchos empresarios israelíes que quieren regresar a la Argentina con inversiones. Ministros y secretarios de Estado van y vienen entre el sur de Latinoamérica y Tel Aviv. Queremos estrechar el camino con el nuevo gobierno”[6]. Como se recordará, Peleg Lewi, Embajador Israel en Paraguay, informó en el mismo tono diplomático que la entrega del premio Shalom en nombre del Congreso Judío Mundial (CJM) a Horacio Cartes, Presidente de Paraguay, “le dará la oportunidad de reunirse con casi 400 dirigentes judíos de todo el mundo. El diplomático israelí explicó que las mesas directivas del Congreso Judío Mundial están integradas por grandes empresarios a nivel mundial”. La agencia de Informaciones paraguayas IP tituló el encuentro como “Cartes presenta a Paraguay ante los más importantes inversores del mundo”[7]. Llama la atención que, con estos importantes antecedentes, en el Foro de Inversión y Negocios en Argentina, el evento económico organizado por el gobierno de Macri y tal vez lo más significativo del último tiempo en la economía argentina, esos empresarios israelíes o del CJM brillen por su ausencia o al menos los medios los ignoran, con la única excepción de la empresa israelí TEVA representada por un funcionario de tercera. Será que la economía argentina aún no es lo más atractivo para estos inversores judíos, o tal vez, una omisión intencional de los organizadores. A todo este accionar generalmente despreciativo, el Presidente Macri agregó una significativa perlita en el acto conmemorativo de los 22 años del ataque a AMIA. Arribó al acto, colocó una ofrenda floral y se retiró a los 15 minutos sin el mínimo respeto de escuchar las palabras de familiares de las 85 víctimas y dirigentes de la comunidad judía. Lo que más sorprende es la relativa comprensión con que la dirigencia judía toleró tremendo agravio. Da la impresión que Netanyahu y la dirección judía local tienen puesto sus miradas en otros horizontes y los acontecimientos en este ámbito continúan desarrollándose bajo el lema business as usual. Netanyahu sigue con la misma melodía: “Argentina tuvo un cambio muy favorable respecto a las relaciones con Israel desde la asunción del nuevo gobierno. Es prioridad mi vista tina”[8]. La reciente apertura de la Asamblea Anual de la ONU brindó una nueva oportunidad de comprobar hacia donde gira la veleta de los nuevos aires que soplan en la Capital Argentina. A diferencia de la administración anterior, en esta oportunidad se trató de una delegación reducida sin el agregado de representantes de DAIA y de organizaciones de memoria de víctimas del atentado AMIA. En su discurso, Macri reclamó “la mayor colaboración internacional para esclarecer los atentados de 1992 y 1994”, pero la palabra Irán no se escuchó ni una sola vez. Esta actitud le valió la difusión inmediata de un comunicado de AMIA expresando su profundo desacuerdo por no acusar directamente al país de los Ayatolas[9]. Más aun, el mandatario argentino recalcó el compromiso de su país de recibir miles de refugiados sirios, pese al público malestar que DAIA previamente manifestó al respecto[10]. No es la primera oportunidad que la dirigencia comunitaria judía comete serios errores de conducción. Ese punto muerto o marcha atrás de Macri respecto de las relaciones con Israel o con el liderazgo judío local no parece casual. Probablemente sea el resultado de un dislate de Ariel Cohen Sabban, Presidente de DAIA, durante la última reunión mantenida con Macri el pasado mes de junio. En esa oportunidad se le dio a entender al primer mandatario argentino que, durante la próxima visita que programa Netanyahu en el país, la dirigencia judía local dejará su documento de identidad nacional en sus hogares y vestirán la camiseta de Israel. “En la reunión se conversó sobre que la DAIA será parte de la delegación que encabezará el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en una fecha próxima”[11]. Ningún presidente de cualquier país puede permanecer indiferente ante tremenda afrenta al orgullo e identidad nacional. Muy probablemente, Macri quedó convencido que se reunió no con representantes de un grupo de argentinos, sino con un grupo étnico guiado por motivaciones que ocasionalmente pueden coincidir con el proyecto nacional, pero, bajo otras condiciones, pueden entrar muy fácilmente en conflicto con su clara inclinación en favor de intereses foráneos. Da la impresión que la aparente indiferencia de Macri obligó a movilizar la artillería pesada de la diplomacia israelí. En la reciente visita a New York, el Presidente argentino se vio en la necesidad de cenar en la casa particular de Jack Rosen, “el poderoso presidente del Congreso Judío de Estados Unidos”. ¿Cual es el motivo del encuentro? ¿Será que Macri dispone de un inmenso poder para ayudar a los pobres judíos estadounidenses, o se trata de otra grave injerencia de instituciones judías globales en intereses internos de países latinoamericanos? El futuro próximo nos brindara la confirmación si a Macri le fue suficiente la protección de su cúpula política o fue alcanzado por algún proyectil lanzado por los batallones judíos del norte. [1] “Elecciones en Argentina: ¿la victoria del candidato de la oposicion provocará un cambio dramático en las relaciones con Israel e Irán?”, Rotter.Net, 31/10/15, basándose en la nota “Secretos de la alianza estratégica que construye Macri con Israel por si llega a la presidencia”, La Política Online, 6/7/14 [2] Macri y Netanyau acordaron fortalecer la cooperación en materia de defensa, ciencia y tecnologia”, La Nación, 21/1/16 [3] “Historia y enigmas de la compra de aviones a Israel”, Edgardo Aguilera, Ambito 16/11/15 [4] “Gestiones con Francia para la compra de aviones de Guerra”, Luisa Corradini, La Nacion, 15/6/16 [5] “Vidal contrato empresa china especializada en tecnología de seguridad”, Perfil, 10-9-16 [6] “Para Israel, Macri ayudara a encontrar a los culpables de AMIA y la Embajada”, El Cronista, 9-6-16 [7] “Cartes presenta Paraguay ante los más importantes inversores del mundo”, IP, 16-3-16 [8] “Netanyahu: Es prioridad mi vista a Argentina”, Infobae, 12-9-16 [9] “AMIA exige cooperación de Irán”, Clarín, 20-9-16. [10] “Profundo malestar de la DAIA con los 3,000 sirios que quiere traer Peña”, G. Cheransky, Informador Público, 14-6-16 [11] “Macri recibió a la DAIA”, Telam, 24-6-16
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