La foto que circula por el mundo, trucada o no, en la que se ve al alcalde de Jerusalén Nir Barkat con un arma de fuego en la mano es la mejor síntesis de la tensa situación por la que se vive en Israel.
Los ataques palestinos aparecen de sorpresa en cualquier lugar, no hay nada organizado ni planificado, es espontáneo, es el contagio que se convierte en bola de nieve. Ya no es solamente Jerusalén o sus alrededores, se produjeron en las más importantes ciudades de Israel, Tel Aviv incluido, en éste particular caso en la zona más concurrida, frente a las oficinas centrales del gobierno y frentes al principal centro comercial de Israel, un obrero de la construcción que trabajaba en un obra cercana decidió de motus propio convertirse en shahit, de allí en más todo es producto de la sorpresa, imposible incursionar en las mentes de cientos de miles de jóvenes cuyos cerebros se mueven al ritmo de las imágenes televisivas y de las explosivas redes sociales.
Para las fuerzas de seguridad de Israel luchar contra ello es prácticamente imposible, ya que no provienen de células que operen dentro de una organización jerárquica, de alguien que reciba instrucciones, para éstos casos los servicios de información están masivamente infiltrados que es difícil que no lo detecten, que no se anticipen, pero no pueden cuando es algo espontáneo en donde un destornillados, un cuchillo o un revolver pueden convertirse en las armas del ataque, el atacante lo hace convencido que será muy difícil, casi imposible que termine vivo, el convertirse en jihadista le da las fuerzas, de allí en más la liberación personal.
Al momento aquí radica la gran diferencia ésta intifada y las anteriores, ahora comenzó con hechos aislados y esporádicos, que brotan del suelo como hongos, la participación ahora de jóvenes mujeres palestinas es algo a tener en cuenta, los anteriores venían en masa, tenían un hilo conductor, pero nada garantiza que la continuación de los ataques encuentre que en algún momento sus líneas se crucen, hay varios que intentarán engancharse para extenderla.
Es conocido que Israel controla cada palabra que sale o ingresa dentro de las computadoras o teléfonos de los palestinos, obviamente no solamente de ellos, pero les resulta material y humanamente imposible llevar a la práctica las masivas detenciones administrativas a que por ley está autorizado practicar, Las redes de Facebook entre jóvenes palestinos están llenos de mensajes a favor de los ataques y de quienes anticipan que se inmolarán por la causa, así fue con una joven estudiante universitaria de 19 que antes de salir para realizar el ataque dejó una despedida escrita para su madre, como esos son miles por día, imposible correr detrás de ellos.
Algo mayor se está cocinando, es seguro que son muchos, ninguno de ellos coordinados sino que operan con intereses diferentes, intentarán aprovechar, capitalizar la situación lanzando más combustible al fuego, los potenciales frentes son por todos conocidos, la ampliación del conflicto es una hipótesis que no hay que descartarla.
Si Netanyahu suspendió su viaje a Alemania en donde tenía agendado reuniones de trabajo con la Señora Merkel ello es claro testimonio que los tiempos no se presentan placenteros, tranquilos.
Un extremismo genera otro extremismo, no será nada extraño que los extremistas judíos de derecha respondan con ataques contra la población palestina, la rueda continúa girando.
Dentro de Israel la tensión y los nervios ya se trasladó a la población, las manifestaciones pro palestina en Yafo, la zona de mayoría árabe en Tel Aviv y en Nazareth, hace que el caminar mirando atrás y a los costados ya se convirtiera en rutina, padres que telefonean varias veces por día a sus hijos y a la inversa.
Mientras por un lado las autoridades llaman a la población a mantener la calma, a continuar con la rutina diaria, son muchos los alcaldes que, para mayor protección, sugieren a sus pobladores salir con sus armas. Y esto recién comienza.
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