• Dinamarca le concedió la Orden del Elefeante por su labor en la red clandestina que salvó a los judíos daneses.
• Persson es el 'alma mater' de la etapa más brillante del club, en la que llegó a ser subcampeón de Europa.
Si hay una figura capital en la historia del Atlético de Madrid, en cuanto a presidentes se refiere esa, es la de Vicente Calderón. El santanderino cambió la historia del club colchonero para colocarle entre los mejores del fútbol español y europeo. Se puede decir, que, en muchos casos, el espíritu de Calderón guía al Atlético. Pues bien, en el rival rojiblanco del Champions hay una figura que es equiparable en importancia. Se llama Eric Persson y es el gran referente presidencial de la entidad sueca. De hecho, uno de los cánticos que los hinchas celestes se trajeron a Madrid hace un par de semanas fue precisamente ése: ‘Eric Persson är större än Vicente Calderon’ (Eric Persson es más grande que Vicente Calderón). El ‘Jefe’, como así se le conocía en su país nació en 1898. Su padre era maestro de pintura y se crió en un barrio obrero en Torpgatan. Eso le marcó en su biografía y se convirtió al socialismo, algo que llevó a su propia forma de gestionar el cuadro celeste posteriormente. Para él, los rivales no estaban sólo en el terreno de juego, también fuera. Sin embargo, fue humanista, educador, innovador y reconoció temprano la importancia de lo local y lo global. Se dio cuenta rápidamente de que el fútbol era una buena vía para integrar a muchas clases sociales y que podía acarrear un beneficio y cercanía emocional con la población. Entró en el club en 1925. Cuatro años más tarde se convirtió en el secretario de la junta y en 1937 fue elegido como Presidente del Malmö FF. Luchó por los derechos sociales y económicos de los jugadores. Para él, era obvio que los jugadores recibirían una compensación en forma de dinero por el tiempo que pasaban en el terreno de juego, algo que chocó radicalmente con lo que se pensaba en Suecia, donde se veía como un asunto ‘amateur’. Asimismo, se abrió al fútbol extranjero. Suyos fueron dos fichajes de entrenadores que marcarían la historia de la entidad. Los del joven inglés Bob Houghton y el del español Antonio Duran (ex jugador del Atlético), una tradición que luego daría con nombres como los de Roy Hodgson (ex seleccionador de Inglaterra) en la etapa moderna del club. Asimismo, cerró amistosos con equipos extranjeros y giras del propio Malmo para mejorar el nivel del equipo. Persson fue como un padre para los futbolistas del conocido como ‘Equipo del 44’, el que logró la primera liga para el Malmo y que es una leyenda en el fútbol sueco con un registro posterior de 49 partidos de liga sin perder entre 1949 y 1951. Un ‘Schiedler’ sueco Sus profundas convicciones políticas y humanas le llevaron a protagonizar un episodio único. Persson fue una especie de Óscar Schiedler o si lo prefieren, en versión española, un Ángel Sanz Briz. Es decir, un personaje que ayudó a los judíos perseguidos por los nazis a escapar durante la Segunda Guerra Mundial. Al contrario de lo que sucedió en muchos países de Europa, la mayoría de judíos daneses logró salvarse de los nazis. El administrador nazi de Dinamarca ocupada, Werner Best, fue advertido de las deportaciones y éste se puso en contacto con las autoridades suecas. A través del Partido Socialdemócrata, se creó una red por la que muchos judíos daneses pasaron la frontera hacia Suecia en una red en la que Eric Persson colaboró activamente. Por ello, al acabar la guerra le fue concedida La Orden del Elefante por el gobierno danés. En su última etapa, gozó de una gran autoridad entre las socialdemócratas élites. Amigo íntimo del posteriormente asesinado primer ministro Olof Palme, éste le entregó la Medalla Hjalmar Branting. Durante el tiempo que Persson se hizo cargo del Malmo FF éste ganó 11 campeonatos de Liga y 9 títulos de la Copa, llegó a la final de la Copa de Europa en 1979 y se convirtió en el mejor equipo de todos los tiempos en Suecia. Eric Persson murió en 1984 y está enterrado en el cementerio central de St. Paul en Malmo. Todavía guía a los hinchas del club escandinavo y goza del agradecimiento eterno del pueblo judío. Una última curiosidad, él cambió el emblema del Malmo al actual, con las siglas en la parte superior de lo que antes sólo era un escudo celeste y blanco. Bajo él, una estrella de seis puntas como la de David (símbolo judaico). Algunos apuntan a esta relación pero otros hablan de un viejo emblema de la ciudad sueca.
• Malmo (Suecia)
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