La noticia había conmocionado ayer a la comunidad judía, ya que se trata del primer templo edificado en territorio entrerriano por los primeros colonos judíos que llegaron a nuestra provincia: pero la sinagoga de Colonia San Gregorio no está en venta. Así lo aclaró a El Pueblo el martillero público Mario Eduardo Altuna, quien precisó que aunque es cierto que se comercializará es el predio de 7 hectáreas donde se encuentra enclavada, la operación no incluirá la parcela donde se levanta el templo. “La sinagoga es Patrimonio Histórico Cultural de la provincia y mi cliente lo sabe: por eso en todos los avisos que publicamos aclaramos bien ese punto. De hecho, si lo desean pueden corroborar el que pusimos en el sitio de ventas inmobiliarias Sapucai, donde se especifican las condiciones de la venta”, indicó Altuna. Allí, en el apartado dedicado a Entre Ríos, está la publicación de Altuna bajo el título “7 hectáreas agrícolas en Villaguay”, y contiene –como lo señaló el martillero- la pertinente aclaración sobre el templo. “En el predio se encuentra una construcción de una sinagoga (según registro es la primera que se construyó en la zona hace alrededor de 130 años); la misma fue declarada monumento histórico, por lo tanto de realizarse la operación se dividirá este lote, ya que la misma no puede venderse”, dice el texto. Por otra parte, Altuna lamentó las reacciones de algunos miembros de la comunidad judía frente a la noticia (que resultó una falsa alarma), ya que en el momento del remate no parecieron –dijo- demasiado interesados en adquirir el templo. “En el momento del remate la Asociación Israelita no levantó la mano. Lo terminó comprando un inversor de Buenos Aires (su actual dueño), quien incluso quiso negociar con ellos para venderles la fracción donde está la sinagoga. Hasta se concertó una reunión en un estudio jurídico local, y ellos no aparecieron”, recordó. Refacción y explotación Lejos de pretender venderla, el propietario actual tiene otros planes para la Sinagoga: piensa refaccionarla de manera íntegra –actualmente está bastante abandonada, ya que tras la reparación que se le efectuó en 1999 no tuvo prácticamente ningún mantenimiento- y abrir sus puertas al turismo. “El propietario tiene la intención de restaurarla de manera integral; dejarla tal como estaba cuando se construyó, con la idea de explotarla turísticamente”, adelantó. Al respecto, precisó que su cliente “se enteró que una agencia de viajes con sede en calle Florida, en Buenos Aires, trae contingentes de turistas extranjeros y les cobra 35 dólares adicionales al paquete para visitar la sinagoga. Obviamente eso no le gustó, porque una empresa privada está explotando algo que no le pertenece”, subrayó.
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