Me encantan las historias que ilustran la sabiduría del Talmud, y esta –recreada a mi estilo- es una de ellas…
Un adolescente vio a un anciano plantando un pequeño árbol, se acercó y le preguntó:
-¿Qué plantas?, ¿Cuándo crecerá?, ¿Cuándo tendrá ramas?, ¿Cuándo florecerá?, ¿Cuándo….?
El anciano se detuvo por unos instantes y le contestó: “En 70 años será una alta y bellísima palmera que dará una fresca sombra.”
El joven pensó “ 70 años!!!!!”, y enseguida asombrado preguntó:
-¿Por qué plantas un árbol de cuya sombra no gozarás?
Porque así lo hicieron mi abuelo y mi padre, y yo gocé de su sombra; ahora es mi hora, planto para mis hijos y mis nietos.
70 años cumple Hacoaj. Los que hoy pertenecemos a la Institución gozamos de la sombra de los árboles plantados por los pioneros, en clima adverso - soplaban malos vientos en la década de los 30- los cielos se habían ennegrecido, la buena lluvia no caía, y la tierra “elegida”, estaba lejos…..Sólo accedieron a los peores terrenos del Tigre, pero como siempre el amor pudo más.
Amor al deporte, orgullo de ser humano, impronta de judío tomaron el desafío.
Trabajar duro, remar duro. Duro y difícil fue todo.
Ser “aceptados”, más duro y más difícil que lo que alguna vez imaginaron.
Las cenizas del Hacoaj de Viena fueron las brasas que encendieron un fuego de pasión, de vida y de calor aquí en el Hemisferio Sur, en la Argentina, en la Provincia de Buenos Aires, en el Tigre precisamente.
Después de mucho dolor, el pueblo judío tuvo de vuelta su tierra, y algunos judíos de Bs.As., tuvieron su “club NAUTICO HACOAJ”.
Los otros días, en una entrevista para EL Libro de Oro del 70 aniversario, me preguntaron cómo veía el futuro de Hacoaj.
Me apoyo en una palmera del sector pileta y pienso…
¿Qué tipo de sombra dejaremos nosotros? ¿Dejaremos sombra judía? ¿O sólo simple sombra?, ¿Habrá espacio para nuestros hijos y nuestros nietos bajo esa sombra? ¿O sólo para los nuevos” compradores” de los emprendimientos inmobiliarios del club? ¿O tal vez, sólo para la cantidad de “socios obligatorios” porque se los contrata para que “nos representen”? ¿Con mayor nivel deportivo?, ¿O habrá lugar para todos?
Me pregunto qué fue de los tiempos en los cuales para construir una pileta, se pedía un bono contribución, a los mismos socios de la Institución.
No añoro los tiempos pasados, pero “a situaciones desesperadas”, “medidas desesperadas”, y esto justifica tantos “negocios”, dentro de la Institución. ¿Justifica que tantos socios sean cuestionados (con o sin razón), mirados, señalados por la “certeza” o “la presunción” de haberse enriquecido en la función directiva, o por ser “amigos” de los directivos?
Esto es lo que queremos contarles a nuestros nietos, cuando nos pregunten: “¿Cómo fueron tus tiempos en el club?”
Les diremos: “se compraron hectáreas, se las dieron para comercializar al amigo de..., al primo de…., se vendieron terrenos en las mismas condiciones…..pero…
Se nos olvidó decirles a los chicos que eran judíos, y que, como tales, pertenecen a este pueblo orgulloso que sabe diferenciar canto de llanto, y NO LOS MEZCLA, porque, como escribió el Rey Salomón, en el Eclesiastés (Kohelet), hay un tiempo para cada cosa bajo el sol.
Les diremos que en el 2005, preparamos una hermosísima fiesta para el festejo comercial del Día del Niño. No podíamos esperar un domingo más….pero no hicimos esperar lo que no debía ser postergado: el recuerdo y el respeto que sentimos en TISHA Ve AB, por los miles de años que en ese día el pueblo judío lloró. Creo que yo hubiera llorado de emoción si hubiera visto madrijim explicándoles a nuestros pequeños que para que todos nosotros vivamos con orgullo nuestra condición judía, “debemos” no hacer fiesta ese día y detenernos un minuto para recordar…
Queremos contarles a nuestros nietos que nuestra generación sólo pensó en metros cuadrados, ladrillos, ventanas, servicios y se olvidó “del decorado interior”, el contenido, se olvidó “A QUE VENIMOS A HACOAJ”.
Por si esto se olvidó, venimos a Hacoaj a remar, a jugar al tenis, a bailar Rikudim, a hacer yoga, a estar en compañía de amigos, que no sólo son amigos porque luego de la actividad física jugamos al burako y nos invitamos a los cumpleaños -de hecho estas actividades se practican en todas las instituciones deportivas extracomunitarias- de amigos que también invito al seder de Pesaj, de amigos con los cuales voy de la mano el 18 de julio por la calle Pasteur; de amigos cuyos hijos vi crecer, y me emociono en sus casamientos, de amigos cuyos hijos nos enorgullecieron en las canchas, y todos íbamos a ver jugar, pues el equipo estaba formado “por el novio de Graciela”, “el hijo de Juana” y “el sobrino de Roberto”; hoy a quienes vemos jugar en los equipos representativos? …
Quiero que en los próximos 70 años las generaciones que nos continúan sigan sabiendo qué significa la palabra “HACOAJ”, a qué país identifica la bandera izada al lado de la bandera argentina, y al lado de la bandera del club. Quiero que pregunten por qué se postergó un festejo comercial para dar lugar a un recuerdo de pertenencia judía. Quiero que con sus propias reglas generacionales, con la tecnología de la que dispongan, sigan trabajando y recreando la recordación de la Shoá, trabajo que me es tan querido como doloroso. Quiero que jueguen en un equipo de básquet o de voley al lado de un par con el que se conocen desde chicos- los invito a ver jugar frente al aro de básquet, a algunos canosos, pelados y gorditos de mi generación que hace 45 años se siguen encontrando en ese sector!! En fin, quiero que las generaciones siguientes sepan qué contestar cuando alguien los salude diciendo –shaná tová- y para que eso suceda, nosotros, los socios comunes, tenemos nuestra responsabilidad….
Tener claro qué queremos de y para nuestra institución, elegir bien a quienes la conducen -a los más aptos para la conducción y no a nuestros amigos-; recordarles a quienes acceden a los puestos representativos la responsabilidad que esto significa y la diferencia entre “directivos” y “ dirigentes”.
Trabajemos hoy, por un club grande en valores, que pueda ofrecer cálida sombra a las generaciones del mañana.
Con el orgullo de pertenecer
Lic.Sulamith Ursztajn de Cohen Falah
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