En París el viernes 13 de Noviembre de 2015 un terrorismo feroz, sin códigos ni límites, estructurado sobre un fanatismo religioso primitivo y sacrificial, se cobraba un centenar y medio de vidas, víctimas inocentes y desprevenidas en una guerra de nuevo tipo que extiende sin cesar sus fronteras. La conmoción, brutal y auténtica, sobre el pueblo francés fue rápidamente expandida por los medios y redes comunicacionales modernas, facilitada por las necesidades políticas del gobierno de Francois Hollande, sorprendido por la inesperada factura a pagar.
Repudio al terrorismo sí, sin cortapisas ni simplificaciones, porque justificarlo desarma las bases morales indispensables para bregar por una política de paz, instrumento de los pueblos para alimentar su creatividad en la lucha política, acumular fuerzas y proteger la autonomía en dirección a un mundo multipolar. Lo hemos aprendido pujando por un continente que resuelva sus contradicciones eludiendo y apaciguando las perspectivas de la guerra: así lo entendieron Néstor Kirchner, Lula y Evo cuando impidieron el conflicto entre Venezuela y Colombia o cuando cambiaron el paradigma de defensa de naciones con hipótesis de conflicto entre pueblos hermanos por la defensa de la paz continental.
Desde ese lugar no se deben separar los acontecimientos semejantes de los últimos días ni tampoco admitir que hay muertos por el terrorismo de distintas categorías. Tan sólo un día antes –el 12 de Noviembre- las mismas descontroladas bandas terroristas del ISIS asesinaban 43 chiítas en El Líbano y dejaban heridos otros 200, muchos de ellos de gravedad, en un ataque suicida contra Hezbollah en pleno Beirut. Pocos días antes, a poco de salir de un balneario egipcio, fue estallado en pleno vuelo un avión comercial ruso con 224 víctimas inocentes. No resulta difícil presumir que se trata de las mismas banda terroristas, financiadas y armadas por la monarquía cuasi medieval de Arabia Saudita, una potencia sunnita socia política, principalmente, de los EEUU, al menos de sus sectores más retrógrados. El repudio a la barbarie terrorista no admite ni olvidos ni segregaciones religiosas, raciales ni territoriales. Abarcando a los brazos ejecutores y sus mandantes y financistas.
Pero es necesario avanzar en el análisis y la comprensión de lo ocurrido para acercarnos a una hipótesis de la realidad política actual. Yo me inclinaría por tomar en cuenta que el sábado 14 de Noviembre estaba convocada la cumbre de las grandes potencias en Viena para tratar de llegar a un acuerdo que diera una salida a la ya larga guerra que está destruyendo a la que fuera la próspera Siria –comenzada en 2011 luego del aplastamiento de la llamada primavera árabe- cuyos resultados también se impone analizar.
Atentados en las vísperas
Los tres atentados a pocos días de ésta cumbre encuentran un posible hilo de coherencia si tenemos en cuenta el segundo dato: Rusia dio un vuelco político militar a la situación en Siria cuando decidió intervenir con sus bombardeos, apoyada en un segundo pero significativo plano por China que envío a su portaviones Liaoning a la base naval rusa en Siria, Tartus. Desde hace unos meses se desenvolvió una aguda controversia entre Rusia y los EEUU: mientras Obama sostenía que para que hubiera una “solución” al drama sirio en la mesa de discusión se debiera sentar la que ellos llamaron la “oposición moderada”, es decir las milicias insurgentes financiadas por las grandes potencias occidentales a la vez que era imperativo desplazar al gobierno legal de Siria encabezado por Al Assad, condición que hasta ahora aparecía como “sine qua non”. Putin, ya antes de los bombardeos rusos, se negó terminantemente y sostuvo que no había solución sin el gobierno legal sirio en la mesa de las negociaciones. Sospechosamente, a mi entender, sobrevino el atentado al avión ruso sobre Egipto.
EEUU cede en Viena
También es insoslayable considerar que si en las negociaciones de Viena EEUU debió ceder ante las exigencias rusas –y así lo dice el acuerdo firmado- es porque la decidida y agresiva intervención rusa evidenció los límites del EI y de la colaboración turco árabe con el terrorismo sunnita (es decir de los mandaderos que encubren las manos occidentales). Algunos analistas – como Guadi Calvo (Sur- Hamartia)- sugieren que los atentados en París no difieren mucho de los de Charlie Hebdo, Aunque, también, bien dice Guadi: la hipocresía de las lamentaciones ofende la memoria de todos los muertos ya que lo malo es justamente que haya muertos, musulmanes, católicos, negros o rubios, la tragedia es la muerte y sus razones. Sin embargo pareciera más sensato escuchar a Gabriel Fernández (La Señal Medios), quién afirma que los EEUU le soltaron la mano a los fanáticos terroristas, suerte de mercenarios de nuevo tipo, abandonados una vez que ya no es sensato seguir sosteniéndolos, repitiendo las operaciones de desprendimiento que hicieron con Al Qaeda cuando cumplieron su ciclo en Afganistán y que culminaron cuando asesinaron a su máximo líder y antiguo socio, el saudí Osama Bin Laden. Es decir, más que un Pearl Harbor enderezado a crear cobertura justificatoria para un nuevo avance bélico imperialista, se trataría de un fracaso en la estrategia norteamericana en Siria, limitada a los bombardeos aéreos y la apoyatura terrestre restringida a bandas terroristas de fanáticos sumergidos en delirios primitivos pero armados con las tecnologías bélicas más modernas. La vieja ciencia ficción historietística y el actual cine hollywoodense que sigue sus pasos parecieran encontrar una encarnadura terrorífica.Pero resultó mas eficaz la combinación tierra- aire de la destructiva flota de bombarderos rusos combinada con la acción terrestre del ejército regular sirio y las milicias de los Guardias revolucionarios de Irán en el territorio, que asestaron en una semana golpes más duros al terrorismo que los propinados por la alianza armada por EEUU en un año.
La represalia francesa
Un elemento más a tener en cuenta es la decisión del gobierno francés de emprender la represalia bombardeando Siria que es algo así como adelantar una torre y un alfil en el ajedrez violento de la guerra de Medio Oriente, en un cielo que surcan aviones, presuntamente aliados entre las nubes, de Rusia, Turquía y Francia, previsiblemente de EEUU, pero que apoyan en tierra a facciones absolutamente enfrentadas. ¿Cuanto tardarán en estallar los recientes acuerdos de Viena o producirse un incidente bélico entre los tensos competidores? Francia, en un gesto inédito y desmedido cerró sus fronteras, lo que podría adelantar un endurecimiento de las políticas francesas y europeas en relación a la oleada inmigratoria de Asia y Africa. La decisión bélica de Hollande corre el riesgo de terminar de enterrar lo que queda de las tradiciones humanísticas que tan bien representaron Sartre, MerleauPonty, Camus con sus nobles contradicciones a la salida de la lucha antifascista junto al Estado de Bienestar que le siguió, colocando a Francia en ese lugar destacado de la cultura universal en el siglo XX. Pero sin dudas ahora es cierto: Francia quiere aniquilar ahora al monstruo que antes alimentaron y que volvió sus armas contra quienes lo usaron y protegieron.
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