Olimpo Octubre 1977
Acá estoy en el Olimpo, no sé por que ese nombre que es la morada de los dioses ya que aquí se alberga toda la escoria que la humanidad escupe, no lo digo por nosotros, prisioneros sin destino sino por “Heidi”, “El príncipe”, “Lucero” y tantos otros carceleros y torturadores que son dueños de vidas, espacios y tiempos.
¿Cómo caí aquí? Estudiante de las últimas materias de la F. de Agronomía, firmé un petitorio y participé de asambleas para reivindicar la figura de profesores expulsados, fui interceptado en la misma facultad y traido aquí sin explicación alguna.
Después, torturas privaciones y escarnio, hasta que hoy “Heidi” me trajo papel y lápiz para que escriba los nombres de mis superiores jerárquicos del Mossad , quienes supuestamente me manejan en una conspiración ”Sionista, Capitalista, Marxista” para adueñarse del país (según el Plan Andinia) .
No se quien alimenta sus mentes con ese dislate y como se lo creen, pero es sabido que los cerdos se alimentan de cualquier porquería. Pensé en poner como mis superiores inmediatos a Abraham, Itzak, Jacov, Jéremias, etc. pero hubiera sido motivo de nuevas descargas de ira en mi persona, por tanto aprovecho los elementos tan preciosos para escribir ésta.
Todo lo pasado hasta ahora es terrible y lo que pasará lo ignoro, al principio estuve muchas horas pensando en divisiones taxonómicas de los vegetales para ocupar el tiempo vacío, pues no quiero caer en la desesperación, luego trate de recordar un servicio religioso completo y tantas otras cosas que me hacen saber que aun soy un hombre, que tengo un valor para alguien, que decido como vivir o como morir.
No es fácil superar esto ni se si lo lograré, pero me refugio en el recuerdo de mis momentos gratos, tengo la imagen de Ana con quien soñamos juntos los nombres de nuestros futuros hijos, ¿Que pasara con nosotros? Lo ignoro pero si se que el amor trasciende todos los sufrimientos y lo que nunca verbalicé, pues parecía obvio, ahora tengo ganas de gritarlo : ¡ te quiero pese a no tenerte!
Nunca había pensado que tantas cosas buenas vividas estaban conformando una colum-na de “Debe” tan voluminosa, y ahora me esta llegando el Haber para compensar, quizá son facturas atrasadas que me pasa la vida, pese a todo, no voy a desperanzar .
Creo que fue NIETSCHE ( pobre loco) quien dijo que si se conoce el porque de la existencia no importan los “comos”, y para mi que soy cada vez mas un judío creyente, esa es la clave. Mis carceleros me amenazan con un gesto de degüello y la amenaza “finish”; ellos no saben que ese término no es solo cesación de algo sino también un fin, un objetivo, una meta a lograr y yo lo haré siendo pese a todo.....un hombre.
Por la longitud de los días debe ser octubre, debemos estar cerca de Simjat Toráh, rememoro las subidas al púlpito y las sucesivas bajadas con la Toráh , primero los de 80 años, luego los de 70 años y asi sucesivamente para abajo. Tomo el inmundo almohadón lleno de sangre y orines, lo acuno en mis brazos remedando a la Torah y ensayo los pasitos de baile al son de Aneinu, Aneinu beiom kareinu (respóndenos, contéstanos en el día en que te invocamos).
Pasa :”El principe” por la celda me mira como si yo estuviera loco, ¡¡¡pobrecito!!! El no escucha la melodía que yo escucho, todo yo soy una melodía a ejecutar, pero el circunstancial dueño de mi destino, no lo podría entender, como no entienden los renacuajos de una charco el vuelo de un cóndor en las alturas.
Hace varios meses un encargado de desinfectar nuestra celda me premió con una mirada compasiva, ¡Gracias cabo Tortosa! pues comprendí que entre todos los grupos humanos siempre hay alguien rescatable, en la segunda oportunidad que vino puse en su bolsillo un papel con mi nombre y el del rabino Marshall Meyer debe haber llegado a destino, pues aunque nadie me visitó (ni lo sueño), supe que un rabino (SOLO UNO) llegó al Olimpo, lo supe por las risas de “Lucero” quien comentaba a sus pares que lo habían hecho desnudar y se reían de su circuncisión, ¡imbéciles! No saben que ese hombre desnudo es mas digno que ellos en sus uniformes de combate llenos de sangre y de horror.
¿Como vivirán mis carceleros? ¿Llegaran a su casa besarán a sus hijos, irán a misa, dormirán por las noches? Creo que solo sádicos pueden hacer lo q
ue ellos hacen, en eso son superiores a mi, yo seguramente no podría hacerlo.
Los días no pasan, son todos iguales, solo será distinto el de mi muerte, pero no voy a quebrarme, soy de una raza veterana en el padecimiento y tengo una función en la vida, para eso fui creado y aunque tengo mucho miedo y no soy insensible al dolor seguiré firme en mi postura ya que no soy un animal sino un hombre y estos son los que pese a las circunstancias deciden.
Acaban de traerme “el rancho”, una sopa con galletas duras que se mojan con mis lágrimas recordando las comidas de mi madre, que gracias a D’s no vive para sufrir mi ausencia. BASTA DE LLORAR hoy mis hermanos deben estar festejando. Y cuando esto pase ¿Cuantos recordarán y cuantos olvidaran?, es seguro que los segundos serán muchos mas, es comprensible, pero yo debo unirme desde lejos a mis hermanos que afuera están festejando la entrega de las tablas en la vieja montaña, vuelvo a ensayar los pasitos con el almohadón y hago personal la suplica milenaria.
ANENI, ANEINI BEIOM OTJÁH KARATI (Contéstame, respóndeme a ti te estoy invocando).
Esta carta no es real, la escribí impactado cuando en un pueblo de La Pampa un colega me comentó sobre un amigo común, a quien creía graduado y ejerciendo en alguna parte, sin saber que había sido uno de tantos desaparecidos. Como conocí su manera de ser es que escribo ésta en su nombre. Gracias.
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