CANBERRA- El máximo clérigo musulmán de Australia, que ha sido suspendido para la predicación tras describir a las mujeres que no visten con modestia como "carne sin cubrir," rechazó los llamamientos para que dimita, diciendo que no se irá hasta que la Casa Blanca sea purgada.
El jeque Taj El-Din Hamid Hilaly, el muftí de la mayor mezquita de Australia, situada en Sidney, causó indignación en líderes políticos y dividió a los 280.000 musulmanes del país por sus comentarios, realizados en un sermón de Ramadán hace un mes pero de los que se tuvo conocimiento esta semana.
Hilaly asistió varios viernes a las oraciones de la Mezquita Lakemba, pero no dio los sermones. Rodeado de docenas de seguidores mientras abandonaba el lugar, dijo que no dimitirá.
"Después de que purguemos al mundo de la Casa Blanca primero," dijo cuando fue preguntado por los periodistas sobre cuándo renunciará a su puesto.
La Asociación Musulmana Libanesa Australiana, dueña de la Mezquita Lakemba de Hilaly, lo suspendió para predicar durante tres meses, pero otros políticos y líderes musulmanes pidieron que sea cesado.
El primer ministro, John Howard, dijo que se debe tomar una medida más firme contra Hilaly, que una vez describió a Howard, al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y al primer ministro británico, Tony Blair, como los ejes del mal.
"Creo que si esta cuestión no se resuelve de forma satisfactoria por la comunidad islámica, hay una preocupación real de que se cause un daño duradero," dijo Howard a la radio australiana.
"No queremos que la comunidad islámica se aísle. No queremos que la comunidad islámica sea objeto de críticas y humillaciones," agregó.
Howard señaló que Hilaly, que ya creó polémica hace dos años por glorificar el martirio y calificar los atentados del 11 de septiembre de obra de Alá, es ya un ciudadano australiano y no puede ser deportado.
Hilaly pidió disculpas por sus comentarios, que dijo fueron malinterpretados y sacados de contexto. En un sermón el mes pasado, Hilaly manifestó que las agresiones sexuales podrían evitarse si las mujeres llevaban un hiyab y se quedaban en casa.
"Si sacas carne sin cubrir y la pones en el exterior en la calle, o en el jardín o en el parque, o en el patio, sin cubrir, y los gatos vienen y se la comen (...) ¿De quién es la culpa, de los gatos o de la carne sin cubrir? La carne sin cubrir es el problema,"
aseguró Hilaly. Fte Serv. de Prensa
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