Murió a los 98 años, una buena mujer. Irena Sendler, la polaca que, como el empresario alemán Oskar Schindler, salvó a miles de judíos de las garras de los exterminadores nazis. Era el año 1940 y los alemanes masacraban a la población judía de Polonia. Encerraron a casi 450.000 personas en el gueto de Varsovia y los iban sacando, como ganado, con destino a trenes que los llevaban a las cámaras de gas. En ese escenario dantesco, una red de la resistencia polaca, entre quienes estaba Irena, hacía llegar alimentos, medicinas y vestidos a los allí encerrados. Irena y sus compañeros, miembros de Zegota -Consejo de Ayuda a los Judíos- ayudaban en lo que podían pero no eran capaces de evitar lo peor, los continuos traslados a los campos de exterminio. Para evitarlo, Irena se involucró aún más y comenzó a sacar de allí a miles de niños, hasta 2.500, escondidos en maletas que eran introducidas en camiones de basura, de bomberos o sacadas a mano por personas que tenían acceso al gueto. Hasta en ataúdes consiguió esconder y sacar del gueto a algunos niños.
RECONOCIMIENTO DEL MUSEO DEL HOLOCAUSTO
El Museo del Holocausto de Buenos Aires manifestó en un comunicado su pesar por el fallecimiento de Irena Sendler, una "Justa entre las Naciones" de nacionalidad polaca que salvó la vida de 2.500 niños judíos durante la Shoá.
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