La excusa dada por el Dr. Lorenzetti, en un vano intento de justificar la total inoperancia y pasividad de la Corte durante estos 16 años en la causa Embajada, es toda una confesión de parte. La Corte del Dr. Lorenzetti, aunque el Dr. Lorenzetti se rasgue las vestiduras ante esta afirmación ineludible, no quiere, o no sabe, o no puede investigar libremente esa causa; o tiene miedo o intereses que la llevan a no investigar nada serio en ella. Esa dura y lamentable comprobación, que nos abochorna como argentinos, explica y justifica el título de esta nota: La CSJN oculta la verdad en el caso Embajada. En otras palabras y muy lamentablemente, la Corte Suprema, desde hace 22 años, parece seguir el mismo camino que el fiscal Dr. Nisman: obedecer a poderes extranjeros.
Los incómodos “WikiLeaks”
Ello se ve confirmado con la transcripción de las conversaciones del Dr. Lorenzetti con el embajador de turno de los EE. UU., que transcribe el periodista Santiago O’Donnell en su libro “PolitiLeaks”: En ese libro consta que: El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Ricardo Lorenzetti es la figura pública argentina que más veces se reunió con el embajador estadounidense durante el período que abarca la filtración de WikiLeaks, entre mediados de 2006 y principios de 2010. Los cables registraron 7 conversaciones entre Lorenzetti y el entonces embajador Earl Anthony Wayne, en apenas 3 años y medio. En esos encuentros, el único caso de la Corte sobre el cual conversaron fue el del atentado contra la Embajada de Israel en 1992 (¡sugestivo dato…!). En cambio, hablaron de viajes, conferencias…
Un cable dice que la embajada le pagó un viaje a Lorenzetti. Otro despacho afirma que la Embajada se comprometió a buscar recursos para financiar un congreso que Lorenzetti estaba organizando. Y otro cable informa que, especialistas contratados por la Embajada modernizaron el sistema informática de la Corte Suprema, una cuestión preocupante ahora que se ha descubierto el alcance de la red de espionaje masivo de los EEUU. En la entrevista del 27 de enero de 2006, Lorenzetti elogió el sistema jurídico estadounidense ante el embajador Wayne, y le anunció que deseaba promover una conferencia judicial panamericana similar a una que la Corte Suprema de los EEUU había organizado en 1995. Lorenzetti, para darle una idea a Wayne de cómo se podría financiar la conferencia en Buenos Aires, incluido el traslado y la estadía de juristas de todos los países de la región, le informó al embajador que esa conferencia de 1995 había sido financiada por la USAID, la oficina de desarrollo del Departamento de Estado. Además Lorenzetti le comentó al embajador que eran necesarios más fondos para adquirir tecnología que mejorara la eficiencia de los procedimientos judiciales de nuestro país. El cable agrega que Lorenzetti trasmitió al embajador que admira el profesionalismo y la autoridad de la Corte Suprema de los EEUU, y espera que la futura conferencia panamericana presentará una oportunidad para aprender más del sistema judicial de los EEUU (¡otro sugestivo dato…!). Y termina el cable del embajador Wayne afirmando que: “La visita de Lorenzetti nos ofrece la oportunidad de involucrarnos con el sistema judicial de la Argentina con un mayor intercambio y cooperación”. El 15 de noviembre de 2007 volvieron a reunirse Lorenzetti y Wayne, porque el presidente de nuestra Corte deseaba comentarle al embajador su último viaje a EEUU, a principios de octubre. Según dice el cable del embajador, para Lorenzetti el viaje fue “energizante”, y que:(Lorenzetti) Demostró la importancia de profundizar la cooperación con los EEUU. En el tema judicial, señaló que el sistema estadounidense es un modelo de la reforma judicial que él quiere implementar en la Argentina. Finalmente Lorenzetti agradeció a Wayne el dinero que la Embajada de EEUU aportó para mejorar los procedimientos judiciales (¡un dato más que sugestivo…!). El mismo cable afirma que Lorenzetti permitió que especialistas aportados por la embajada estadounidense accedieran a la red informática del sistema judicial argentino para proveer “asistencia técnica” (¡increíble!). Para concluir Lorenzetti le contó a Wayne que: Quería crear una fundación dedicada a las publicaciones judiciales y que “le preocupaba quien podría financiar el proyecto”. Pero esta vez Wayne no compró la idea y le sugirió a Lorenzetti que “algunas de las fundaciones empresariales privadas podrían costear ese proyecto” (realmente se siente vergüenza por el hecho ajeno ante la “preocupación” del Dr. Lorenzetti). Frente a estas muestras de virtual pedido de limosna del presidente de nuestra Corte Suprema al embajador de la superpotencia mundial: 1.- ¿Quién puede creer que nuestro máximo tribunal, y especialmente su presidente Dr. Lorenzetti, conservan la independencia indispensable para resistirse al designio norteamericano (y, por ende, israelí) de que el atentado a la Embajada de Israel tiene que ser obra de un coche bomba usado por los musulmanes, sean éstos árabes o iraníes?
2.- ¿Y quién puede creer que esa misma Corte sea capaz de hacer justicia con miles de pobres ecuatorianos de los pueblos originarios que han sido víctimas de la depredación y contaminación ambiental producidas por la norteamericana chevrón? Quizás algún día comprobemos, con amargura, que hemos canjeado la impunidad para los criminales del atentado a la embajada de Israel por las 30 monedas que costaron un congreso panamericano de juristas y el mejoramiento del sistema informático judicial.
Fte Serv de Pensa
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