El enojo es un sentimiento real que siempre ha existido y que afecta a cualquiera. De hecho, toda persona se ha enojado en algún momento de su vida. Sentir enojo no es en sí un problema, sin embargo el no poderlo encausar y controlar si lo es. El enojo se da cuando las expectativas de las personas no se cumplen, cuando se pierde el control de cualquier situación, cuando uno no tiene lo que necesita o quiere, cuando hay dolor que no se puede manejar, cuando la vida quita algo importante o querido… el enojo se da cuando uno está cansado, en fin, el enojo se da. A pesar de que hay mil y una razones por las cuales uno llega a sentir enojo, la realidad es que el enojo se produce simplemente por una causa; “la falta de paciencia”. El no poder esperar sin reaccionar, el no tener el valor de tolerar una realidad y no tener el poder de cambiar lo que sucedió. La paciencia es el ingrediente esencial para entender y controlar el enojo. Paciencia no quiere decir esperar y aguantar o dejarse caer. Tener paciencia, quiere decir reconocer que uno es parte de un gran universo. Reconocer que, cuando las cosas no se dan tal cual uno quisiera, es mejor dejar ir la necesidad de controlar o frenar lo que sucede. Es continuar el camino buscando nuevas opciones. La paciencia no es ser una persona pasiva, sino es ser una persona positiva con una perspectiva amplia y con confianza. Es saber que todo se resuelve y creer que lo que sucede es para algo mejor, aún cuando en el momento no se vea la claridad.Cuando uno aprende a controlar su enojo, deja de pelarse con el mundo, sus relaciones personales son más sanas, su trabajo es más efectivo y por supuesto la calidad de vida se mejora. Es por eso, que hay que hacer todo lo posible por aprender a conquistar las emociones propias y manejar el enojo de tal manera que sea un instrumento para fortalecer y mejorar el carácter, no para destruirlo.Para poder controlar el enojo lo primero que se tiene que hacer es reconocerlo y aceptarlo. De nada sirve ignorarlo, negarlo o confrontarlo. El enojo debe de servir como señal de precaución para estar consciente de lo que se siente. Es aprender a no reaccionar sin primero analizar.
Que hacer en el momento que se siente el enojo: - Reconocer los signos de estado de alerta: Tensión corporal, palpitaciones, sudor, falta de respiración etc…
- Respirar profunda y lentamente sin reaccionar en forma automática
- Permitir que el enojo pase sin pelar
- Para controlar el enojo se debe tomar agua, hablar en voz más baja, cambiar la perspectiva y la posición física, enfocarse en algo positivo.
- Controlar el enojo es vivir en plenitud.
LA RECETA
Paciencia
Ingredientes:
- 2 piezas de humildad – disposición para ayudar y servir con amor.
- 1 rebanada de aceptación – reconocer y apreciar la realidad.
- 1 cucharada de perspectiva – ubicar a las personas y las situaciones donde corresponden.
- 1 manojo de ojo noble – visión positiva y objetiva de la vida.
- 1 pizca de confianza – esperar y permitir que cosas buenas sucedan
Recomendación del chef.
Para controlar el enojo es necesario cultivar la paciencia. Esta es una actitud que se entrena y se perfecciona. Cómo se desarrolla la paciencia:
1.La paciencia se cultiva con pequeñas acciones diarias. Al crear hábitos con disciplina y humildad, se fortalece el carácter y se puede llegar a cambiar hasta el peor temperamento.
2.Buscar nuevas posibilidades y diversificar la atención proporciona diferentes medios para desarrollar la paciencia. Entender que no todo lo que pasa es personal, reconocer que hay personas que también tienen sus propios problemas y que hay situaciones que suceden y están fuera del control, permite ver la realidad sin crear dolor ni frustración.
3.La paciencia es una opción personal que solo se logra por medio del compromiso. Solo la persona que desea mejorar su carácter puede desarrollar su paciencia, esta no se puede imponer.
La paciencia tiene un tono suave y gentil que se reconoce y se contagia.
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