Estimados amigas y amigos,
Quiero contarles brevemente, y de primera mano, lo sucedido con relación a la mesa "AMIA, la otra verdad" que tuvo lugar el domingo 29/04/07 en la Feria del Libro y que culminó de manera bochornosa, como muchos de Uds. sabrán, debido al estado público que tomaron los hechos.
En vísperas de la realización de esa mesa, enviamos desde el Centro Wiesenthal una carta al Presidente de la Fundación El Libro, Horacio García, manifestando nuestra decepción debido a la utilización de un espacio de tanto prestigio como la Feria del Libro con la pretensión de desviar el eje de la investigación del atentado contra la AMIA y realizar propaganda a favor de Irán.
El domingo 29/04 concurrí a la actividad y me senté entre el público, junto al rabino Daniel Goldman (quien, dicho sea de paso, se retiró en la mitad del acto, indignado ante lo que se decía desde el estrado). La mesa expositora estaba compuesta por el sheij Mohsen Alí, Luis D'Elía y Mario Cafiero, y en el público se podían contar cerca de 400 personas.
Antes del comienzo de la actividad, se repartió a los asistentes un extenso documento elaborado por Cafiero (titulado "Ayer Malvinas, hoy Irak y ahora Irán, tres batallas de una misma guerra por los recursos energéticos"), donde, entre otras cosas, se refiere al Centro Wiesenthal como "órgano central del lobby judío internacional". La actividad se inició con una introducción a cargo del sheij Alí, quien luego cedió la palabra a D'Elía.
D'Elía comenzó diciendo que él "quiere que se haga justicia" en los casos de la Embajada de Israel y de la AMIA, repitió algunas de las barbaridades que viene diciendo desde su declaración de solidaridad con Irán (noviembre de 2006), que provocó su salida del gobierno, y su viaje a ese país (febrero de 2007), acusando a "la CIA y el Mossad" de haber "armado" la acusación contra los ex funcionarios iraníes y reiteró que "en Irán viven 500.000 judíos" (la realidad es que las estimaciones más optimistas refieren unos 20.000 judíos). Por último, presentó su hipótesis acerca de que habría que investigar a "la derecha israelí, la misma que mató a Rabin", como posible responsable del atentado contra la AMIA.
A continuación, Cafiero pretendió desvincular a Irán del atentado, diciendo que cuando estuvo en Teheran, las autoridades locales desmintieron cualquier relación entre la suspensión de la cooperación bilateral argentino-iraní en el proyecto del misil Cóndor (supensión decidida durante el gobierno de Menem) y el atentado a la AMIA, entendido como una supuesta venganza; luego se dedicó a tratar de descalificar el dictamen del fiscal Nisman.
Después que hablara Cafiero, se abrió a preguntas y comentarios. Antes que pudieran dar la palabra, se generó una pequeña batahola, con gritos de parte de algunos asistentes impugnando lo que se había dicho, y respuestas desde el estrado, especialmente de parte del sheij Alí, instando a "no responder a las provocaciones". En medio de ese griterío, se escuchó que alguien dijo "que se queden los argentinos y que se vayan los del Mossad".
Pedí la palabra, y Alí me invitó a pasar adelante, para hablar por el micrófono. Fue entonces que comencé repudiando la consigna al estilo nazi que acabábamos de escuchar acerca de los argentinos y el Mossad, y luego agregué que no era posible pensar que se llevaría adelante un debate serio cuando Cafiero distribuía un documento con el lenguaje de los Protocolos de los Sabios de Sion, D'Elía repetía las afirmaciones de un neonazi argentino, Norberto Ceresole (que también asesoró a Hugo Chávez), quien publicó un libro culpando a los judíos por el atentado contra la AMIA, y el sheij Alí había dicho meses atrás y por televisión que "los soldados israelíes necesitan su dosis diaria de sangre y de carne humana".
En ese momento, se me acercó un grupo de fornidos muchachos para arrebatarme el micrófono y silenciarme. Hubo gritos y amontonamiento, pero afortunadamente no más que eso.
Inmediatamente, se anunció que se daba por concluída la actividad.
Como sabrán, hubo una amplia cobertura de lo sucedido, pero igualmente quería hacerles llegar mi crónica de los hechos, lo más resumida posible.
Quiero agradecer a todos los que me llamaron, me escribieron, se preocuparon y me hicieron llegar sus palabras de apoyo.
Les adjunto una foto que me mandó una amiga que estuvo presente, donde estoy hablando delante de la mesa en la que están (de izq. a der.) el sheij Mohsen Alí, Luis D'Elía y Mario Cafiero.
Sergio Wider
Director
|
|
|
|
|
|
|
|
