Noam Naor, de 3 años, cayó al vacío desde la ventana de la casa de sus padres ubicada en un cuarto piso. El niño fue internado, en situación crítica, en el Centro Médico Sheeba de Tel Hashomer, cercano a Tel Aviv . Los médicos que lo atendieron diagnosticaron muerte cerebral. Los padres se asesoraron con familiares, amigos y rabinos y decidieron donar sus órganos para salvar vidas. Dada su corta edad, los riñónes de Noam no eran adecuados para pacientes adultos, pero sí lo eran para Yakoub Ibhisad, un niño palestino de 10 años, residente en la ciudad cisjordana de Belén, que padece insuficiencia renal y es atendido en el hospital Shaarei Tzedek, en Jerusalén, desde hace siete años. El pequeño requería de un riñón en forma urgente. El personal del centro de trasplantes preguntó a los padres de Noam si estaban dispuestos a que uno de los riñónes fuese trasplantado a un niño que no es residente de Israel. Los padres, Shirit y Avi, respondieron que querían ayudar a cualquier niño que estuviera requerido de órganos sin importar dónde viviese o cuál era su origen. El trasplante se realizó en el Centro Schneider de Medicina Infantil en la ciudad de Petaj Tikva. Un portavos del hospital informó que la situación del niño palestino es buena. Su padre, Samir Ibhisad, declaró emocionado que «la vida de mi hijo estaba en peligro. Atravesamos largos años de padecimientos. Estamos plenamente agradecidos a los padres de Noam por su decisión. Tras muchos años de espera, mi hijo recibió una nueva vida». Shirit Naor, madre de Noam, afirmó que «la noticia de haber salvado una vida me da mucha calma. Ojalá que esto traiga la paz. Pensé en los esfuerzos del presidente de Israel, Shimón Peres, para tratar de llegar a un acuerdo de paz entre nosotros y nuestros vecinos, y entendí que estaba tomando la decisión acertada desde el dolor y el más terrible quiebre». Por su parte, el presidente Peres conversó telefónicamente con y Shirit y Avi y calificó su accionar de «acto de heroísmo». «Mi corazón está con ustedes. Hicieron una acción tan humana, generosa y, al mismo tiempo, tan difícil. Darle vida a otra persona es excepcional. Según la tradición judía toda persona fue creada a la imagen de Dios, y quien salva una vida, sirve a la esencia del judaísmo. Ustedes son unos verdaderos heroes que se comportaron con una valentía insuperable. Nos llenaron el corazón de tristeza y orgullo a la vez. Todo el pueblo judío se solidariza e identifica con ustedes», señaló Peres.
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