La borrosa figura de un ciudadano colombiano que hace quince años se esfumó en las tortuosas callejuelas de Beirut, la capital libanesa, aparece ahora como el cerebro que articuló y coordinó el engranaje de la conexión local del atentado contra la Amia. El fiscal federal Alberto Nisman, que investiga el ataque terrorista perpetrado el 18 de julio de 1994, pidió la detención del ciudadano colombiano Samuel Salman El Reda, en su momento convertido al Islam, a quien imputa haber coordinado los movimientos del grupo operativo del Hezbollah que perpetró el atentado contra la mutual judía. El nombre de El Reda figura desde hace años en la investigación. Pero luego de entrecruzar 300 millones de llamadas telefónicas realizadas desde Argentina y Brasil, Nisman logró establecer que el ataque se coordinó desde la localidad brasileña de Foz de Iguazú en la Triple Frontera, a través del celular 55-45-975-1161, comprado a nombre de André Marques. Aunque la identidad de André Marques todavía permanece en las sombras, el teléfono móvil es una pieza clave en la investigación porque solamente se usó por primera vez a las 10.53 del 1º de julio de 1994 en el aeropuerto de Ezeiza y la última llamada se realizó el 18 de julio, una hora antes del atentado. Ahora, Nisman consiguió probar que quien hizo estas llamadas fue El Reda y le adjudica el papel de “coordinador de la llegada al país, la estadía y partida del grupo operativo del Hezbollah que cometió el atentado”.
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