Itongadol.- Después de leer y releer las declaraciones del presidente electo de la Amia, me puse a pensar con la razón y el corazón el sentido de mi participación en la Comisión Directiva que asume el próximo jueves 12 de junio,porque no soy un judío Genuino (ergo si no soy genuino soy falso), que fui a una escuela judía que no es judía (Sholem de Mataderos). Por todo ello y muchas cosas mas hice un reconto, mi propio ayuda memoria. Debo puntualizar que durante seis años fui presidente de Benei Tikva, comunidad conservadora, de lo cual me enorgullezco y es la tarea que más me ha gratificado.
Hace tres años ingresé como Secretario de Actas a la Comisión de la Amia, y a partir de allí puse todo mi empeño, trabajo y dedicación a la tarea encomendada. Pude dar todo y me dieron más que todo, coincidimos y no coincidimos en muchas cosas, pero jamás formulé o dije palabras que descalificaran a mis compañeros de gestión. Siempre respeté al que piensa diferente, escuché y traté de aprender y consensuar.
Cuando a último momento acepté ser el Secretrario en la nueva gestión, sabía, o mejor dicho creía saber cuál era el perfil y que se pretendía de mi. Pensé que desde ese cargo, realmente importante iba a poder brindar todo aquello que, creo, aun tengo para dar.
Vi en la nueva comisión a algunos compañeros realmente valiosos sinceros y bien intencionados, hablé, me reuní, evalué y decidí continuar a pesar de las voces que me aconsejaban no hacerlo.
Hoy con mucho dolor veo que debo replantearmente seriamente mi decisión. Pienso que ante el real pensamiento y forma de querer gobernar la Amia de algunos de los que deberían ser mis nuevos compañeros-amigos y en especial de mi Presidente, no voy a ser útil en esta nueva etapa, es más puedo ser un estorbo y puedo dañar a la Amia, y eso es algo que no estoy dispuesto a hacer.
Realmente estoy muy desilusionado y a la vez profundamente preocupado. No puedo aceptar que se diga que hay escuelas judías que no son judías, no es cierto que cada día haya menos chicos que vayan a esas escuelas, cuando todos saben que casi no hay vacantes y que todas ellas están en crecimiento.
Me hubiera gustado escuchar que la causa Amia es para la conducción una cuestión de estado y que los esfuerzos realizados no van a caer en saco roto y que vamos a continuar haciendo todo lo posible para el esclarecimiento y castigo a los culpables sin importar las puertas que debamos golpear. La causa Amia no es una cuestión política, es una cuestión moral, es una cuestión que hace a la esencia de nuestra vida.
Ojalá que aquellos que a partir del Jueves van a manejar la Keila tengan en claro que somos casi doscientos mil los judíos de los cuales a lo sumo cinco mil son GENUINOS, que hay más de veinticinco escuelas de esas que dicen que no merecen llamarse JUDIAS. Que la keila somos todos, que esas calificaciones lo único que hicieron, hacen y harán es dividirnos, hacernos débiles y vulnerables.
Que debieron hablar de unidad, de respeto por el distinto sin calificativos descalificadores. La conducción que termina puede sentirse orgullosa de no haber jamás salido a la calle a ofender a nadie, que a pesar de ser mayoría absoluta (no primera minoría) jamás tomó una decisión que no fuera debatida, analizada, discutida y finalmente consensuada.
La comunidad judía no merece las declaraciones que tuvimos que leer en Clarin y que hoy nos ponen en boca de todos.
Sepan todos que sinceramente creo que el camino elegido nos lleva la división de la comunidad, y a un enfrentamiento del cual ni el vencedor podrá sentirse orgulloso.
No tengo enojo ni rencor, esos sentimientos nuca tuvieron cabida en mi vida y los que me conocen pueden dar fe de ello.
Con la voz de mi carazón deseo que a esta nueva conducción le vaya lo mejor de lo mejor, con o sin mi presencia. No se si estamos a tiempo de corregir errores y encontrar el camino único por el que debe transitar nuestra comunidad que no es de algunos, es de todos. Se que es nuestra obligación intentarlo.
Julio Schlosser
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