Hace algún tiempo que ocurren cosas extrañas en la Franja de Gaza. Los palestinos se matan entre ellos. No todos los palestinos, sino los militantes de Fatah contra los militantes de Hamás. Los heridos se cuentan por centenas y se han registrado decenas de muertes a consecuencia de esta matanza fratricida entre los moderados de Fatah y los fundamentalistas de Hamás. De no haber tantas muertes, se podría pensar que el conflicto inter-palestino es una farsa, una competencia para comprobar quién es más fuerte. Pero la Franja de Gaza no es un estadio de fútbol. Allí se está produciendo el principio de una guerra civil en la cual han muerto también mujeres y niños inocentes por error, por estar en el lugar equivocado. Cuando uno observa la matanza que ocurre en la Franja de Gaza, hay dos cosas obvias que despiertan al observador informado.La primera es que cuando palestinos matan a palestinos, cuando los combatientes de Fatah se infiltran en una mezquita y tiran sobre los fieles, nadie en todo el mundo se sorprende. Por lo tanto, cuando los palestinos se matan, el efecto es menor, casi ni merece ser mencionado. Hasta la prensa internacional, en búsqueda del sensacionalismo y de noticias de último momento, es indiferente. Por otra parte, si los israelíes matan a hombres armados palestinos, dentro de un complejo, prolongado e insuperable conflicto, en ese caso, se marcan las muertes palestinas y se clasifican de acuerdo a la edad, el nombre y el sexo. ¿Por qué? ¿Por qué existe una actitud tan parcial con respecto a las muertes palestinas? Parecería que las víctimas no importan, lo que importa son los "responsables". Dentro de esta guerra fratricida, en la que decenas de palestinos perdieron sus vidas, las víctimas no tienen el mismo peso que las víctimas de confrontaciones entre el ejército israelí y los militantes de grupos armados terroristas. Esto comprueba que el impacto del conflicto israelo-palestino tiene un efecto desproporcionado, gracias a la existencia del Estado de Israel. Cuando los israelíes están fuera de la escena, nadie se preocupa por los palestinos y sus muertos dejan indiferentes al mundo entero. Quizás esta verdad es cruel, quizás esta declaración es absurda. Pero, en todo caso, la comercialización del problema palestino debe su éxito a Israel y a Tzahal. Sin éstos últimos, el producto no vendería. Fatah entendió lo anterior. Asimismo, no es sorprendente que su guerra contra Hamás esté íntimamente ligada a los intereses israelíes en la Franja de Gaza. Un ejemplo de lo anterior dicho es una declaración reciente de Fatah que anunciara que Guilad Shalit estaba preso en una universidad islámica en Gaza. Fatah continuará mencionando a Israel dentro del marco del conflicto inter-palestino para atraer el interés de la comunidad internacional. La segunda observación obvia es que para salir de un callejón sin salida, inter-palestino o no, los palestinos necesitan a Israel. Mohamad Dahlan de Fatah sabe aprovecharse no sólo de Israel para promover sus propios intereses, sino que también busca una alianza con el Estado de Israel porque la única forma de salir de sus aprietos es el reconocimiento de los intereses comunes entre el Estado de Israel y el pueblo palestino. ¿Acaso estamos al borde del despertar político de los palestinos moderados? O, ¿quizás, tal despertar sea de todos los palestinos? Puede ser que de pronto todos ellos se percaten que su única esperanza es Israel.Fuente: Infolive.TV - CAIV web. Por Olivier Rafowicz.
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