La defensa del ex juez de la causa AMIA, Juan José Galeano, presentó hoy su alegato final en el juicio que lo tiene como imputado por haber sido responsable de numerosos delitos cometidos durante la investigación, que llevaron a que a 24 años del atentado no se sepa qué ocurrió el 18 de julio de 1994.
Junto a Galeano, están sentados en el banquillo de los acusados otros doce funcionarios judiciales, policiales, de inteligencia, junto al ex presidente Carlos Menem, el entonces titular de la DAIA, Rubén Beraja, y quienes recibieron un soborno para terminar de desviar la pesquisa y sellar la impunidad, como el último tenedor conocido del cochebomba, Carlos Telleldín, su ex pareja y ex abogado.
Ante el Tribunal Oral Federal 2, los defensores de Galeano rechazaron los cargos que se le imputan acerca de la interrupción de la pista que relacionaba al empresario sirio libanés Alberto Kanoore Edul con el atentado.
A pesar de los numerosos elementos que hacían sospechar del empresario, la investigación fue interrumpida repentinamente debido, según se desprende de la prueba, a un pedido del entonces presidente Menem, de estrechos lazos con los Kanoore Edul.
El hecho más claro para ejemplificar el abandono de la investigación, es la interrupción por orden de Galeano de los allanamientos en los domicilios de los Kanoore Edul, dirigidos por el entonces comisario policial Jorge Palacios, imputado en este juicio.
Ante la acusación por encubrimiento, la defensa del destituido juez sostuvo que “no hubo inacción” por parte de Galeano, quien llevó a cabo numerosas medidas investigativas que dieron negativo, muchas de las cuales fueron pedidas a los “auxiliares de la justicia que trabajaban lento”.
Por ejemplo, dijo que el hecho de que haya existido un llamado de los teléfonos de Kanoore Edul a Carlos Telleldín fue “circunstancial” porque el empresario buscaba en la época previa al atentado una camioneta Trafic. Y que, de todos modos, nunca se probó que efectivamente la haya comprado.
Por otra parte, dijeron que el nombre del iraní sospechado por el atentado, Mohsen Rabbani, que aparecía en las agendas de Kanoore Edul no era prueba suficiente para la causa porque “sólo aparecía el nombre de Rabbani sin ningún teléfono ni dirección. Era un contacto de otro contacto”.
A estos “argumentos” le sumaron críticas a los actuales funcionarios que integran la Unidad Fiscal AMIA, quienes ”nada hicieron sobre la pesquisa de Kanoore Edul” y construyeron una “acusación sesgada basada en elementos irreales”.
Finalmente, los abogados desviaron su exposición para mencionar al memorándum con Irán firmado durante el gobierno anterior y explicar que la acusación contra Galeano es, a su entender, consecuencia de la entonces rivalidad de la ex presidenta Cristina Fernández con el aquí imputado Carlos Menem y de sus relaciones con Venezuela.
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