Muchos creen que el ensañamiento de la DAIA con el kirchnerismo se originó en la firma del fallido memorándum con Irán impulsado por el gobierno de Cristina. La realidad es bien otra: esta historia comenzó mucho antes, apenas días después de la asunción de Néstor Kirchner como presidente de la Nación el 25 de mayo de 2003. Es que, entre los primeros gestos y dramáticas medidas que tomó el por entonces casi ignoto nuevo presidente -revolucionarias para ese momento argentino- hubo algunas referidas a la causa AMIA que preocuparon muchísimo a los encubridores y sus cómplices. Y a la DAIA. Muchos creen que el ensañamiento de la DAIA con el kirchnerismo se originó en la firma del fallido memorándum con Irán impulsado por el gobierno de Cristina. La realidad es bien otra: esta historia comenzó mucho antes, apenas días después de la asunción de Néstor Kirchner como presidente de la Nación el 25 de mayo de 2003. Es que, entre los primeros gestos y dramáticas medidas que tomó el por entonces casi ignoto nuevo presidente -revolucionarias para ese momento argentino- hubo algunas referidas a la causa AMIA que preocuparon muchísimo a los encubridores y sus cómplices. Y a la DAIA. Particularmente, que el 5 de junio de 2003 haya firmado un decreto que liberaba del secreto de Estado los sumarios internos de la SIDE que eran pedidos por el Tribunal Oral Federal 3, en lo que sería el primer paso (seguido de otros) para demostrar el pago ilegal al preso Telleldín de una coima de más de US400.000 para comprarle una declaración y desviar la investigación, maniobra que contó con el consentimiento del liderazgo de la DAIA, y que hasta entonces no estaba probada. La siguiente crónica fue escrita por este autor en aquellos mismos momentos, a semanas de la asunción del nuevo presidente, como parte de un trabajo titulado “CASO AMIA – LA DEUDA INTERNA”, dedicado al 9º aniversario del atentado y publicado en julio de 2003. La investigación fue luego ampliada en el libro “BRINDANDO SOBRE LOS ESCOMBROS. LA DIRIGENCIA JUDÍA Y LOS ATENTADOS: ENTRE LA DENUNCIA Y EL ENCUBRIMIENTO” (Sudamericana, 2012). Su discusión es necesaria para procurar comprender el origen del alineamiento político de la DAIA hasta la actualidad, donde funciona ya sin disimulo como el brazo judío del PRO. Lo cierto es que el posicionamiento “anti-K” es muy anterior a las sobreactuaciones de los últimos años, que no son más que revanchas y movidas en defensa propia por parte de esta cuestionada institución. Entidad que desde hace décadas dejó de encarnar los nobles valores que justificaron su creación, y que tiene entre los procesados por encubrimiento a uno de sus presidentes, su líder históricamente más carismático, Rubén Beraja. FRAGMENTOS DE “CASO AMIA- LA DEUDA INTERNA”, CAPÌTULO III, “LA ENTREGA DE LA DAIA”. JULIO 2003:
“En este tema, una vez más, la querella oficial y “Memoria Activa” se han mostrado con serias diferencias, que hasta la llegada de Kirchner a la presidencia de la Nación parecían quedar relegadas al anecdotario del juicio. Pero algo cambió. Y en la DAIA surgió una profunda preocupación. Ya en los primeros meses de audiencias del juicio oral para todos quedaba claro día a día que tal o cual prueba había sido aportada por la SIDE, o que determinados elementos habían sido extraviados, o que ciertos testigos habían sido “visitados”, o que existían investigaciones cuyos resultados se desconocían, etc. Cuando la querella de “Memoria Activa” pidió que se cite a declarar al ex jefe de la SIDE y a una serie de miembros y planteó para ello la inconstitucionalidad de la ley secreta de Inteligencia primero, y luego de un decreto firmado por el presidente Duhalde, la abogada de la DAIA no se manifestó de acuerdo con cuestionar la validez de esas normas. El Tribunal Oral había ordenado las fundamentales declaraciones de 14 agentes de los servicios, y el levantamiento del secreto sobre los sumarios internos del organismo, pero la SIDE se negó y apeló la medida mediante recurso de Casación presentado por el entonces titular Miguel Angel Toma. Duhalde defendió por decreto la postura de Toma limitando, además, a unos pocos agentes la autorización y con limitaciones que en definitiva garantizarían que el secreto sobre lo realmente ocurrido seguiría imperando.(…) La abogada de la DAIA expresaba la línea de la querella, que ante el paulatino desmoronamiento del castillo de naipes oficial frente a los elementales soplidos de abogados, defensores oficiales y jueces del Tribunal Oral, comenzaron a criticar a los severos magistrados por “desviar del objetivo principal”. Por esos días se vivía la caída del menemismo, y una gran expectativa por los cambios por venir, después de una década de profunda degradación institucional, con la Justicia como uno de sus más penosos exponentes. Pero lo que para muchos era una esperanza, era vivido por otros como una amenaza. (…) Una vez que Néstor Kirchner resultó electo presidente de la Nación tras la bochornosa defección de Menem a la segunda vuelta de la elección, la DAIA resolvió llevar su preocupación al Congreso Judío Mundial. La circunstancia que la flamante primera dama sea la pujante senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien integró la comisión del Congreso nacional de seguimiento de las investigaciones y tiene una mirada muy crítica sobre lo actuado, no debe haber tranquilizado al equipo de José. Y eso que todavía faltaba lo mejor. En la reunión del Ejecutivo del Congreso Judío Mundial realizada el 19 de mayo de 2003 en Jerusalem, la DAIA estuvo representada por su presidente José Hercman, y su asesor político Alfredo Neuburger y sostuvo en su desesperada presentación: “(…) nos preocupa que los tres jueces estén más avocados “investigando la investigación” que se hizo previamente, que a buscar la verdad y sancionar a los acusados, cuya responsabilidad está acreditada”. EL HURACÁN KIRCHNER Mientras la DAIA en un acto de legítima defensa pedía “que no se investigue la investigación”, en Argentina se avecinaban cambios a toda velocidad. Néstor Kirchner asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003, y sus primeros días fueron definidos como “electrizantes” por el nivel de cambios rotundos en la línea política imperante y en el perfil de las figuras elegidas para acompañar su gestión. (…) Las medidas de las primeras semanas -que llegan hasta el momento de escribirse estas líneas- sorprendieron por su audacia (…). La DAIA aún se encontraba distribuyendo la resolución de “apoyo” a su pedido de no investigar la investigación, y se produjo una verdadera revolución, sin su participación ni control: Kirchner, el 5 de junio de 2003 firmó un decreto que libera de secreto los sumarios internos de la SIDE que habían sido pedidos por el Tribunal Oral. Y la noticia fue anunciada en la sala de prensa de Casa Rosada en conferencia de prensa al finalizar una reunión del presidente Kirchner, el secretario de la SIDE Sergio Acevedo y el ministro del Interior Aníbal Fernández con los directivos de la AMIA encabezados por su presidente Abraham Kaúl . Este último, no dudó en declarar que “por primera vez en nueve años el Estado argentino ha tomado el atentado a la AMIA como una causa del Estado argentino”. Y, por primera vez, una noticia de semejante envergadura no era anunciada por la DAIA. El tema había vuelto a ponerse sobre el tapete cuando trascendió que la defensa de uno de los acusados por el atentado a la AMIA presentó documentación que prueba que cuarenta días antes del atentado a la mutual, la SIDE había “pinchado” sin orden judicial cuatro teléfonos de la Embajada de Irán y de su Consejero Cultural en Buenos Aires, Mohsen Rabbani, quien está vinculado al armado de la trama terrorista, y quien tuvo a su secretario político colaborando con Galimberti y la campaña presidencial de Menem. La SIDE habría tomado la decisión de intervenir los teléfonos ocho días después de recibir un cable de Cancillería que alertaba sobre la posibilidad de un segundo atentado en la Argentina impulsado por Hezbollah. Las cintas de esas escuchas telefónicas son uno de los tantos elementos que la SIDE ocultó a la Justicia. Y es una de las pruebas que demuestran que muchas de las escandalosas irregularidades denunciadas por los críticos de la investigación tienen base cierta. Irregularidades que excederían el propósito y la extensión de este trabajo referir, pero que hoy ya son advertidas incluso por quienes en la propia comunidad seguían ciegamente los dictados de la DAIA. (…) Paradójicamente, las investigaciones de lo ocurrido en la SIDE comenzaron cuando el ex prosecretario del juez Galeano, Claudio Lifschitz, denunció irregularidades gravísimas y actos de encubrimiento provenientes tanto de los servicios de inteligencia cuanto del propio juez. La AMIA querelló a Lifschitz conjuntamente con la DAIA pidiendo prisión contra él por “violación de secreto”. ¿A quién sirve realmente semejante acción?¿Es más importante como valor jurídico el secreto que la verdad, en un atentado donde fueron asesinadas 85 personas? Para algunos, evidentemente sí. (…) La DAIA, sorprendida por el giro de los acontecimientos y ante la pérdida de protagonismo, emitió una declaración, con fecha 10 de junio de 2003, titulada “Ejerciendo la representación política de la comunidad judía”. Allí plantea que “El momento es oportuno para esclarecer a propios y extraños sobre el verdadero significado y alcances de la representación política de la comunidad judía, que también por decisión soberana de las instituciones comunitarias, la DAIA ejerce desde 1935. En primer término, aunque resulte obvio, la misión exige absoluta prescindencia político-partidaria, y el priorizar exclusivamente los elevados intereses y objetivos de los mandantes, los judíos argentinos, congregados en las más diversas y multifacéticas instituciones, que abarcan todo el espectro religioso, ideológico y social”.
Después de años de mimetización con el menemismo, la DAIA reclama un accionar que se efectúe “sin importar el color del gobierno de turno”. Y sostiene que “sería inadmisible que las autoridades nacionales pretendieran decidir quien es su interlocutor comunitario”(…). En verdad la crisis de identidad, o de lealtades de la DAIA, afloró semanas antes de las elecciones a presidente de la Nación cuando todavía algunos pensaban que ganaba Menem, “en la primera vuelta”. La DAIA organizó su tradicional ronda de candidatos, pero con Menem se reunieron previamente. Fue demasiado, incluso para el grupo de familiares de las víctimas que aún actuaban en apoyo del accionar de la institución comunitaria y la querella oficial, sector que no participó de “Memoria Activa”: “Cuando pensábamos que nuestra capacidad de asombro e indignación estaba colmada, volvemos a chocar con una realidad que nos da una bofetada y se burla de nuestro dolor. El lunes 24 de marzo, efeméride siniestra en nuestra historia, una delegación de la DAIA encabezada por su presidente, José Hercman, se entrevistó con Carlos Menem. La DAIA tuvo la oportunidad de elegir entre la ética y la dignidad humana, por un lado, y el protocolo, por otro. Evidentemente eligió el protocolo. A sus dirigentes les decimos: esa actitud ofende a nuestros muertos. A pesar de que se afirme que en la reunión se le reiteraron al ex Presidente duras críticas sobre la investigación, la actuación del Poder Judicial y la participación de miembros de fuerzas de seguridad en la concreción y/o encubrimiento de los atentados, repudiamos esa actitud conciliadora. Sabemos cómo Menem usará esa reunión en beneficio propio y cómo la DAIA asume una actitud contraria a los deseos de la comunidad a la que dice representar. Hace tiempo que los Familiares estamos en la vereda opuesta a la DAIA en nuestra visión del comportamiento de esa institución en su rol de querellante en las investigaciones del atentado a la AMIA. Estamos convencidos de que el objetivo principal de la DAIA es la defensa sistemática y obsesiva del juez Galeano y la historia oficial. No nos vemos representados como judíos cuando la DAIA se sienta con Menem, que nunca se preocupó por esclarecer los dos actos terroristas más sangrientos que hayan sucedido en nuestro país. La DAIA nuevamente se apresta a cruzar la plaza para rendir pleitesía, como lo hizo en 1997, cuando se disculpó ante el gobierno por el discurso ‘Yo acuso’. Si la DAIA se empeña en cobijarse al calor del poder, será la segunda vez que cruce la plaza. Nosotros, los Familiares, cruzamos la vereda.” (Familiares y Amigos de las Víctimas de la Masacre en la AMIA.)”. Hasta aquí, los fragmentos relativos a los hechos que marcaron desde inicio el tono de la relación: el rápido decreto de Néstor Kirchner del 5 de junio de 2003 y la enojada reacción de la DAIA con el comunicado del 10 de junio. Luego vendrán nuevos episodios, con la DAIA jugando siempre a favor del secreto y Kirchner habilitando la declaración de los espías que desviaron la investigación y criticando a Menem y a Beraja. El descomunal enojo de la DAIA ante la revisión de los desvíos de la causa lo sintió incluso el funcionario que Kirchner puso al frente de la pesquisa con una nueva Unidad Fiscal especializada, dotada de cuantiosos recursos y gran apoyo: el propio fiscal Nisman, a quien llegaron a amenazar según él mismo contó, cuando aún se interesaba en investigar las irregularidades. Pero esa, es otra historia. * Abogado, escritor y periodista. Autor de los libros “Brindando sobre los Escombros”, y “Iosi, el espía arrepentido”, este último en coau|toría con Miriam Lewin. NUESTRAS VOCES 26/11/2016
|
|
|
|
|
|