El columnista del diario israelí Haaretz Gideon Levy es una de las figuras más polémicas y respetadas de ese país. Desde comienzos de los ’80, Levy denuncia la “ceguera moral” de la sociedad israelí frente a sus actos de guerra y la ocupación. Desde las páginas de Haaretz, Levy define la construcción de asentamientos en tierra palestina privada como “la empresa más criminal de la historia de Israel”. Ahora volvió a la carga con una nota en la que afirma que “la brutalidad y la crueldad del Estado de apartheid están poniendo al mundo en contra de Israel”. Levy señala que hay preguntas que nadie se atreve a responder en Israel, como por ejemplo el del creciente boicot comercial, académico, cultural y deportivo que afecta a su país. Antes que hacer un examen de conciencia, que sería una muestra de debilidad, muchos israelíes prefieren pensar que el boicot cayó del cielo, que es una fuerza inexorable de odio hacia Israel, y la única manera de enfrentarla es luchar contra ella.
Israel –reflexiona Levy–, “siempre tiene una batería de respuestas sionistas adecuadas (y a veces violentas), pero siempre sobre los efectos, nunca sobre las causas. Así fue con el terrorismo y así es ahora con la postura mundial que el presidente de la Unión Sionista, el parlamentario Isaac Herzog –entre todos los ultranacionalistas israelíes–, se apresuró a etiquetar con el ridículo término “terror de un nuevo tipo” (en referencia a las declaraciones del presidente de la empresa Orange S.A., Stephane Richard). Nunca darnos por vencidos. Eso está bien, pero, ¿por qué? Estamos luchando contra el boicot, pero ¿qué es lo que lo originó?”, se pregunta el periodista.
“Israel está defendiendo la preservación del statu quo. Está luchando contra el mundo entero para preservar la avanzada escuela de brutalidad y crueldad en la que está enseñando a generaciones de jóvenes a actuar brutalmente con otros seres humanos, ancianos y niños, a tiranizarlos, aplastarlos y humillarlos, solo porque son palestinos. Israel está defendiendo la continuación del apartheid en el territorio ocupado donde viven dos pueblos, uno de ellos sin ningún tipo de derechos. Está defendiendo todo su sistema de justificación: una combinación de relatos bíblicos, mesianismo y victimización, acompañados de mentiras." Está defendiendo la “Jerusalén unida”, que no es más que un monstruo territorial donde también existe la separación. Está luchando por su derecho a destruir la Franja de Gaza todas las veces que se le antoje, a mantenerla como un gueto y a ser el amo de la prisión más grande del mundo”, sentencia. “ ¿Saben los israelíes lo que están defendiendo, lo que no están dispuestos a ceder? ¿Será que todo eso vale la pena para ellos?”, se pregunta Levy, quien en 2007 definió su trabajo de la siguiente manera:. “Mi modesta misión es evitar una situación en la que muchos israelíes sean capaces de decir ‘No sabíamos lo que pasaba’”. Miradas al Sur
|
|
|
|
|
|