El ensayo militar de Irán, que incluyó la prueba de un misil capaz de alcanzar Israel, irrumpió con fuerza ayer en la campaña presidencial norteamericana, y los candidatos a la Casa Blanca, el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama, discreparon sobre cómo lidiar con la amenaza nuclear de Teherán. Obama, que enfrenta críticas por su falta de experiencia en política exterior y temas de seguridad, abogó nuevamente por un diálogo directo con Teherán, al que calificó como una "gran amenaza", y habló de la importancia de adoptar una "diplomacia agresiva" frente a Irán, acompañada por sanciones económicas. "Irán debe ser objeto de sanciones económicas, así como de una diplomacia directa. Debemos tener una diplomacia agresiva, que, desafortunadamente, ha faltado en los últimos años", dijo Obama. "Si no lo hacemos, seguiremos viendo cómo crecen las tensiones, lo que podría desembocar en verdaderos problemas", agregó el candidato demócrata. "Una parte del actual problema es que, fundamentalmente, hemos dejado la diplomacia en manos de los europeos –señaló-. Debemos comprometernos activamente."
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