Un día después de que Irán probara nueve misiles de mediana y larga distancia, la situación en el Golfo Pérsico alcanzó ayer un nuevo pico de tensión con las advertencias lanzadas por Estados Unidos e Israel, que afirmaron estar decididos a defender sus "intereses" en la región. A pesar de las amenazas, Teherán tensó aun más la cuerda y volvió a realizar un nuevo ensayo balístico, con cohetes con capacidad de alcanzar territorio israelí. "Israel es el país más fuerte de la región y en el pasado ha demostrado que no tiene miedo de actuar cuando sus intereses vitales corren peligro", afirmó el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, en el cuartel general del Partido Laborista, en Tel Aviv. "Irán es un reto no sólo para Israel, sino para el mundo entero", añadió.
Barak: "No dudaremos en actuar"
El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, advirtió a Irán que su país "demostró en el pasado que no dudará en actuar para proteger sus intereses vitales de seguridad si son amenazados". Barak hizo estas declaraciones un día después de que el régimen de Teherán anunciase el ensayo "con éxito" de un misil Shihab-3 con capacidad para alcanzar al Estado judío y amenazase la víspera con "quemar" Israel y la fuerza naval de Estados Unidos en el Golfo Pérsico si sus instalaciones atómicas eran atacadas por ambos países. En un discurso en la sede en Tel Aviv de su partido, el laborista, el ministro consideró este ensayo un "reto, no sólo para Israel, sino para el mundo entero", informaron medios locales. "Tenemos que trabajar hacia un acuerdo (pacífico con Irán), pero si no, golpearemos a nuestro enemigo cuando haga falta", aseguró. Israel ya bombardeó a sus adversarias al menos en dos ocasiones: en 1981 contra un reactor nuclear inacabado en el Irak de Saddam Hussein, y el pasado año, a Siria, para destruir lo que, según el Pentágono, era una instalación nuclear secreta construida con ayuda norcoreana.
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