Y nosotros tenemos 13 años más, que transcurrieron bajo el acompasado reloj aterrado de siglos ... porque estar sin ellos es deambular en el devenir de esperas, promesas, huecos que ya no asombran, cadáveres de palabras incumplidas, estruendos de injusticias e incomprensiones, preguntas agotadas sin respuestas y el trono de la corrupción en la mansedumbre del pasado, que a los cómplices del silencio no les importa. Ellos tienen 13 años menos de amaneceres, de los abrazos que pudimos darles en cada cumpleaños, de haber visto salir una arruga más en el rostro de los abuelos y un desayuno de proyectos en los padres que velaban por sus estudios. Pensar que tuvimos miedo de enseñarles a cruzar la calle !!! Fueron solos a su muerte, no pudimos siquiera reconocer el final, acompañarlos, cambiarles el lugar.... Y seguimos teniendo 13 años más de broncas que se amontonan y no nos dan respiro, de extrañarlos con todo el corazón y sin saber qué decirle al alma que se eleva en un rezo y está destrozada. A un alma que sucumbió en miles de pedazos como los escombros de aquello que fue nuestra casa, un alma que no entiende de filosofías ni de meditaciones o psicologías que buscan entender dolores que son intransferibles. Qué saben ellos de perder un hijo, un amigo, un hermano, un padre.... qué saben ellos de llorar y no tener la redención de la verdad. No sé si me alcanza la verdad, no sé si creería en alguna verdad de turno.
Porque seguirán pasando los días y construirán murallas infranqueables, tapando políticas que no conocen la ética. Ellos, los poderosos, los que firman acuerdos de muerte, los que negociaron a nuestros seres queridos, ellos están muertos, porque nadie podrá respetarlos o recordarlos con la dignidad de su investidura. Mis queridos muertos, hoy con 13 años menos, gracias a Dios no están viviendo este horror, no escucharon nuestros gritos, no vieron nuestras lágrimas, no van al cementerio, no evocan cada 18 de julio el día de la verguenza, el día que asesinaron impunemente y con placer, cada sonrisa.
AMIA donde quiera que estés, mi plegaria se alzará en tu memoria, porque me diste la mano cuando me faltaron las fuerzas y mis piernas dijeron basta.... Queridos hermanos, que la herida pueda sanar con nuestro amor, y que los asesinos que caminan a nuestro paso, sepan que ocupan un espacio que ya no les pertenece. Ellos también están muertos. Yo solo tengo lugar para rezar por quienes marcharon a un cielo que les mostrará caminos sin miserias, sin odios ni intolerancias. Sepan que los sigo amando con todo mi corazón aunque esté arrugado, sepultado y continúe absorto, pero con 13 años más !!! ...
Soy Irene Taratuta, argentina de religiòn judía.
|
|
|
|
|
|