“El atentado no tiene nada de abstracto, aquí hay muertos, hay seres humanos, hay familias destrozadas, hay nombres y apellidos. Aquí no hay nada abstracto”. Así, con esas palabras, sostiene Luis Grynwald, el presidente de la AMIA , las dos intervenciones del Grupo Escombros y l a muestra de humor gráfico con las que el Espacio de Arte de la mutual conmemora los trece años del atentado, que se cumplen el 18. "Los trece años de impunidad", dicen. Las instalaciones son dos y por cierto, ninguna de ellas tiene nada de abstracto. La primera, Me mataron pero vivo, está emplazada en la plaza seca de la AMIA , a pasos de la vereda de Pasteur, del otro lado de los pilotes, el detector de metales y las cámaras de seguridad. Se trata de una figura humana calada sobre una plataforma negra. Es un cuerpo, la huella de un cuerpo, de un muerto, un caído.
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