La delegación chilena, a la recientemente finalizada competencia, nos hizo llegar esta carta que remitió a las autoridades de FACCMA
Santiago, 7 de Enero de 2008.
Señores
Unión Mundial Maccabi – UMM
Confederación Latinoamericana Maccabi - CLAM
Presente
De nuestra consideración,
Hace algunos días hemos tenido la oportunidad de poder estar presentes nuevamente en un evento de por si espectacular, como son los Juegos Macabeos Panamericanos, en esta oportunidad -la décimo primera- desarrollados en Buenos Aires, Argentina.
El solo hecho de vivenciar estos juegos y de participar en un evento tan multitudinario es un éxito de convivencia, confraternidad y judaísmo. De ahí en más, es responsabilidad de los organizadores y participantes el poder sacarles mayor o menor provecho y sentar un ejemplo para nuestras futuras generaciones.
Sabemos por experiencia propia que organizar un evento de esta envergadura requiere tiempo, dedicación, valor y coraje; el mismo coraje que se requiere para declinar a tal honor en caso que las condiciones no estén a la altura, tal y como hidalgamente lo hizo Hebraica Caracas hace 5 años atrás.
Lo que hemos presenciado en el último evento estuvo, en materia organizativa, sumamente lejos de constituir siquiera una propuesta digna para los miles de deportistas, delegados y acompañantes que viajaron miles de kilómetros y gastaron miles de dólares para participar de él.
Las dificultades en el transporte de los días previos al inicio de los juegos, sumado a la demora en el arribo de las delegaciones a la ceremonia inaugural y el consecuente retraso en el comienzo de la misma, fueron solo una muestra inicial de lo que sucedería en los días siguientes.
El transporte, elemento básico para el cumplimiento de los horarios y para el normal desarrollo de todo el resto del programa de actividades deportivas, sociales y culturales, nunca se supo manejar y, peor aun, solo luego de 4 días se reconoció definitivamente la existencia de un problema que para todos -salvo para los organizadores- era claro y evidente: insuficiencia de buses.
Solo como dato anecdótico, el transporte para los XI Juegos Maccabeos Panamericanos se estructuró con la misma capacidad de buses que se utilizó en Chile en el año 2003, pero con la necesidad de movilizar a mas del doble de personas, hacia mas del doble de destinos y desde mas del doble de hoteles que en Santiago.
Tal fue la debacle en el tema de transporte, que muchos otros graves inconvenientes de la organización fueron omitidos y no atacados oportunamente:
- Un servicio de alimentación deficiente, con severos problemas de manipulación de alimentos y de cadena de frío que -en opinión experta de la médico residente en Hacoaj- fue la causante de múltiples intoxicaciones e indigestiones.
- La inexistencia de alimentación en los recintos deportivos distintos de Hacoaj y la incapacidad de transportarse a tiempo para alimentarse en ese lugar.
- La falta de medallas y/o la inexistencia de ceremonias de premiación en al menos 2 disciplinas deportivas (natación y 10K)
- La ausencia del número mínimo de camas prometidas y contratadas y su reemplazo por “chaise longues” totalmente inadecuados para el descanso de un deportista.
- La ausencia de personal de seguridad en los hoteles por períodos bastante prolongados y ciertamente superiores a lo recomendable.
- El lamentable estado de las instalaciones del Club Náutico Hacoaj, con canchas mal cuidadas, ausencia de graderías, ausencia de sombra, baños inutilizables, etc.
- La inexplicable ausencia de la comunidad judía de Buenos Aires, la más grande de Latinoamérica, en casi todos los eventos de los Juegos.
- La total despreocupación por los familiares y acompañantes de las delegaciones, pese a que a todos ellos se les exigió adquirir una acreditación con diversos servicios incluidos según cada caso.
- La enorme cantidad de dinero que cada delegación tuvo que gastar en transporte y alimentación, pese a que ambos servicios fueron pagados y contratados con la organización, etc..
El desastre fue total cuando en el evento de año nuevo, demostrando una indolencia difícil de creer, la organización puso en riesgo la seguridad de mas de 2.000 personas, al no tomar las mas mínimas precauciones frente a un corte de energía, tales como un generador de apoyo o incluso, en el peor de los casos, un plan de evacuación claro y probado desde el recinto en cuestión.
Frente a todos estos hechos, todos ellos indesmentidos e incuestionados por los organizadores, se evidencia una grave falta de inversión en todas las áreas de la organización, frente a lo cual muchos delegados se preguntaron legítimamente que hizo el Comité Organizador con los dineros pagados por todas las delegaciones. Aun estamos esperando una respuesta.
Como organizadores de este evento en el año 2003 pusimos todo nuestro corazón, trabajo y esfuerzo, por entregar a todos los participantes una experiencia inolvidable y en particular un servicio de primer nivel, el que de acuerdo a los constantes agradecimientos, alabanzas y felicitaciones recibidas tanto entonces como durante las últimas semanas, estamos seguros de haber conseguido.
Gracias a ello y al buen precedente anterior de México en 1999, es que la asistencia a los juegos de Buenos Aires fue multitudinaria y sin precedentes. Desafortunadamente lo que se construye con tanto esfuerzo se destruye en pocos momentos y Brasil tendrá una ardua tarea en 4 años más.
¿Que pasaría si esta fuera una empresa privada donde sus máximos ejecutivos respondieran con sus cargos ante estos hechos?
¿Dejarían los accionistas que un grupo de ejecutivos inoperantes destruyan el producto estrella de la compañía o la marca que tanto esfuerzo ha costado construir?
Sabemos que probablemente lo más cómodo y menos conflictivo hubiera sido callar ante estas inexcusables debilidades de la organización, pero bajo ningún supuesto estamos dispuestos a constituirnos en cómplices de esta mediocridad dirigencial.
En consecuencia, formulamos un llamado a las mas altas autoridades de nuestro movimiento, para que por su intermedio se obligue a los organizadores de los XI Juegos Macabeos Panamericanos a responder a todos quienes pusimos nuestra fe en sus manos y fuimos completamente defraudados.
Pedimos que se les exija una compensación moral y económica, para todos los participantes de estos juegos, por un servicio no prestado, por una promesa no cumplida y por una experiencia que para muchos deslindó en lo traumático.
Solo de esa forma podremos recuperar la fe en el movimiento y confiar en que lo ocurrido en Argentina no es un reflejo de lo que Maccabi representa a nivel mundial y regional.
Solo de esa forma podremos igualmente hacer frente de manera transparente y con la frente en alto a las decenas de familias de nuestros deportistas y delegados, que diariamente exigen de nosotros una acción concreta de reclamo hacia los organizadores y las autoridades del movimiento, por lo ocurrido en estos juegos.
Sin otro particular y esperando una pronta y favorable respuesta de vuestra parte, les saludamos atentamente con nuestro tradicional,
Shalom! Jazak Ve’ematz!
Jorge Amszynowski, Presidente del Estadio Israelita Maccabi - Chile
Lázaro Calderón, Presidente Comité Organizador de los X Juegos Maccabeos Panamericanos 2003
Alvaro Rosenblut, Jefe Delegación Chile, XI Juegos Maccabeos Panamericanos 2007
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