Nicolás Sarkozy parece tener un concepto equivocado de quienes habitan Latino América, quizás por soberbia o linaje piensa que puede hacer su voluntad en la región, su condición de Presidente de Francia le obliga a interesarse por una ciudadana de su país, Ingrid Betancourt secuestrada por las FARC, pero no le faculta presionar a nadie para que negocie con los terroristas.
Quizás es muy cómodo desde su posición de poder hacer cumplir las peticiones de la familia de la víctima e inducir a un megalómano como Chávez a interceder presionando un país ajeno. Acaso Sarkozy desconoce la realidad venezolana y como el tirano bolivariano impone su poder sometiendo a ese pueblo por medio de la violencia. Como puede ser posible apañar a este personaje para lograr sus objetivos e impulsar como garante de una posible entrega de rehenes a Néstor Kirchner o a su mujer para interceder por los derechos humanos de la señora Betancourt, cuando en la Argentina sus habitantes que no revisten un pasado ligado al terrorismo no son dignos de ese tutelado, si no lo sabe tendría que investigarlo, así como a la justicia argentina, esa justicia que el poder absoluto dirige a gusto y voluntad.
La Presidente argentina afirma siempre estar dispuesta a colaborar con fines humanitarios y que su esposo hará todo lo posible para librar al pueblo colombiano de ese dolor, lástima que ese mismo esfuerzo no lo hagan extensivo a la doctora Hilda Molina secuestrada junto a su madre por el régimen cubano y en riesgo de muerte por abandono de persona por parte de sus carceleros.
Hoy se pretende negociar con la narcoguerrilla y hacer lugar a sus exigencias para lograr lo que algunos denominan un canje humanitario, forzando al gobierno colombiano a dejar en libertad a quienes la justicia de ese país encarceló por delitos terroristas
El safari montado por Chávez está conformado por emisarios de diferentes países, países cuyos gobiernos mantienen fluidas relaciones con las FARC y en un afán de mostrar al mundo sus dotes para la mediación se ha colocado a Néstor Kirchner como el "gran cazador blanco", al frente de la operación.
Ningún gobierno negocia con terroristas, hacerlo sería alentar a estos delincuentes a continuar con las mismas prácticas, pero aquí el objetivo es debilitar al gobierno del Señor Uribe que ha venido obteniendo victorias militares que han acorralado a las FARC, reduciendo significativamente su capacidad operativa.
Para Chávez, Kirchner, Evo Morales, Lula y Correa el enemigo no es la narcoguerrilla si no Uribe, un presidente exitoso que cuenta con el apoyo mayoritario de su pueblo y se encuentra en las antípodas ideológicas de estos personajes no precisamente democráticos.
No es secreto para nadie el apoyo que Hebe de Bonafini, madre putativa del matrimonio Kirchner y su organización Madres de Plaza de Mayo dan a las FARC, la participación en la Universidad de las Madres de integrantes de esa organización terrorista y las conferencias que en ese lugar y en universidades públicas ha dado el "Canciller" de la guerrilla colombiana Rodrigo Granda con el beneplácito de las autoridades argentinas.
Salvar lo que queda de las FARC y que se le reconozca su status de fuerza beligerante para lograr la intervención de organismos internacionales, es el objetivo prioritario de Hugo Chávez y sus acólitos, pero han subestimado la determinación de un pueblo que luego de 40 años de sufrimientos no está dispuesto a tolerar mas a estos "salvadores de la Patria".
Autor: Susana Sechi
Directora de La Historia Paralela
susanasechi@gmail.com
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