A principios de siglo Oriana Fallaci advirtió que Europa comenzaba a ser sustituida por Eurabia, concepto que define la pérdida de su carácter judeocristiano y racionalista para ser sustituido por el árabe y musulmán. Después de cuatro décadas como periodista, sobre todo en el Cercano Oriente, aquella periodista que de adolescente había sido partisana antifascista y antinazi, advertía que el buenismo de los europeos los devolvería al medioevo islamista.
El islam estaba imponiéndose al provocar miedo a su violencia yihadista, además de la inmigración acelerada, su índice de natalidad y la complicidad de las izquierdas que odian el sistema de vida occidental. Decenas de investigadores que hicieron el mismo anuncio. Desde el cristianismo, o desde el agnosticismo como la exislamista y excepcional intelectual Ayaan Hirsi Ali. Pero fueron denunciados por el “progresismo” como ultraderechistas y reaccionarios.
La izquierda española y muchos de quienes sufrieron el 11M de 2004 en los trenes de Madrid culparon al Gobierno de los atentados, planificados mucho antes de la guerra de Irak, sin aceptar que eran parte de la inacabable cadena del islamoterrorismo. Ahora, Europa despierta atónita. Descubre que gran número de inmigrantes y refugiados de países árabes acosaron en masa, abusaron sexualmente y en algunos casos violaron a jóvenes alemanas, danesas, finlandesas y suecas este fin de año. Pero ya se tenía noticia de actos similares desde mucho antes a través de blogs y webs tachados por la progresía de ultraderechistas, cuando sus autores eran frecuentemente periodistas y ciudadanos izquierdistas.
Partes crecientes de la naciente Eurabia ya obedecen al islam: poligamia tolerada y subvencionada; la mujer, esclava sexual; áreas de sharía; cambios de textos de estudio, islamizándolos; imposición de comidas halal en comedores comunitarios; adaptación de la población no musulmana a horarios laborales/escolares para las oraciones islámicas…
Fuente: Manuel Molares Do Val
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