Sus actuales popes (que encubren a los asesinos del ataque a la AMIA - 18J 94) están aislados. La mayoría de los miembros de la DAIA (muchos del interior del país) se asustan y se alejan, no quieren quedar pegados a la esquizofrénica maniobra de abrazarse al gobierno PRO y defenestrar al K, al mejor estilo Berajista. La auto denominada representación política del Judaísmo, se suicida. En su agonía busca algún comando iraní para culparlo de sus propios males. Mientras tanto, Claudio Avruj, Waldo Wolff y Sergio Bergman, desde la Casa Rosada, ahorran para su incierto futuro..
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