Los periodistas Miriam Lewin y Horacio Lutzky acaban de publicar un libro llamado “Iosi, el espía arrepentido”, el cual cuenta la historia del hombre que se infiltró en el seno de la comunidad judía. Definieron al texto como una historia "compleja, con luces y sombras" que, gracias a una historia de amor, reveló su infiltración en la comunidad judía y permite que el lector indague sobre el imaginario de "los proyectos de conquistar parte del sur argentino para concretar el plan Andinia". Lewin explicó que "la idea de escribir este libro (editado por Sudamericana) empezó hace mucho y se concretó como necesidad a partir del ingreso de Iosi al Programa de Protección de Testigos". "Era una historia compleja, con luces y sombras, que había trascendido parcialmente y que queríamos relatar en profundidad por su importancia política, pero también por su interés humano", agregó Lutzky.
Iosi, o José Pérez, tal el nombre con el que logró infiltrarse, es oficial de inteligencia de la Policía Federal, y sus superiores le habían encomendado indagar "dentro de la colectividad judía cómo marchaba 'El Plan Andinia', una flagrante mentira antisemita proveniente de tiempos lejanos que sostiene que Israel tiene intenciones de crear un estado judío en la Patagonia argentina". Fue así que se preocupó en aprender y dominar el hebreo, así como conocer las costumbres de la comunidad para pasar desapercibido. Su mimetización llegó a tal punto que fue dirigente de instituciones judías, se movió por los pasillos de la Embajada de Israel y hasta se casó con una mujer que trabajó de secretaria en distintas organizaciones comunitarias y daba clases de hebreo. Consustanciado con el espíritu de esta colectividad pero al mismo tiempo dispuesto a cumplir estrictamente sus obligaciones de espía, Iosi llegó a entregar los planos de la histórica sede de la AMIA a sus superiores, antes del fatídico atentado del 18 de julio de 1994, hecho que lo puso en la mira como sospechoso de haber colaborado con la operación. Lewin y Lutzky se dedicaron a indagar y lograron entregar al lector este relato merecedor de una profunda lectura y digno de convertirse en una película por reunir condimentos tales como una buena historia, amor, suspenso, un atentado, servicios de inteligencia, persecuciones y muerte. "Es imposible saber a ciencia cierta qué fue lo que lo hizo cambiar de idea -afirman los autores al consultarlos sobre la deserción de Iosi-. Tal vez la certeza de que a sus jefes no les importaba su vida, ni la de sus amigos, o la chica judía que adoraba". Para los periodistas, Iosi "se pasó de bando, pero también quiso redimirse con su pareja y demostrarle que era capaz de un acto de heroísmo contando la verdad". Hoy, el ex espía permanece oculto gracias a un programa de testigos protegidos y poco saben de él, pero el juicio que se lleva adelante por las obstrucciones a las investigaciones del atentado a la AMIA, puso sobre el tapete de nuevo su historia. "Creemos que lo que Iosi sabe puede ser la puerta a la identificación de la conexión local del atentado a la AMIA, una pista largamente ignorada por negligencia y por el predomino de intereses inconfesables", afirmaron Lewin y Lutzky.
El Patagónico
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