Una fotografía de archivo de la activista judía, Arna Mer, con su esposo árabe Saliba
Khamis en Israel
Un grupo de extrema derecha ha abierto esta semana una línea directa para delatar a parejas mixtas en Israel, en las que la novia sea una mujer judía y el novio sea árabe, incluso aunque tenga la nacionalidad israelí. La iniciativa parte de la organización Lehava, que lleva años trabajando para intentar evitar la asimilación de los judíos con los gentiles, y pertenece a un miembro de la organización Kach, que fue prohibida hace años debido a su verborrea racista contra los árabes. Aunque Lehava tiene una cierta trayectoria persuadiendo a jóvenes judías que mantienen relaciones con árabes, la noticia de la línea directa ha levantado ampollas, porque permite “chivarse” y delatar a las parejas proscritas. Los activistas de la organización toman los nombres y los números de las jóvenes, así como de los novios árabes, para intentar llamar y convencerles de que lo mejor es «cada mochuelo a su olivo».
La línea directa no tiene consecuencias legales de ningún tipo, ya que en Israel no están prohibidas las relaciones interreligiosas, pero los matrimonios entre israelíes (ya sean árabes o judíos), con palestinos de Cisjordania o Gaza, no pueden vivir en territorio israelí.«El propósito de esta línea es que se pueda avisar inmediatamente sobre las chicas que salen con árabes, y sobre los árabes que se hacen pasar por judíos para cazar a chicas judías en sus redes», comentó el líder de Lehava, Bentzi Gupstein, a la página web Walla!«Nos ponemos en contacto con la joven y le ponemos sobre aviso sobre el tipo de vida que le espera con Ahmed», prosiguió Gupstein. Según Lehava, estas jóvenes que caen en las redes de los árabes, sufren más tarde todo tipo de abusos por parte de la familia del chico y son obligadas a veces a convertirse al islam, lo que viene a ser para la organización la culminación de sus temores de asimilación por parte de los judíos.
Jóvenes bajo sospecha
No sólo previenen contra los árabes, la línea también está abierta para denunciar a judías que salen con cristianos, hindúes, etc. Los activistas también dan los números de teléfono de los jóvenes árabes de los que se sospecha están manteniendo una relación con una judía, para que cualquiera pueda llamarles e intentar hacerles entender que lo mejor es que, en palabras de Gupstein, «Ahmed estará mejor saliendo con Fátima de su pueblo, que con Einat o Yael (nombres judíos)».
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