Los defensores europeos y no europeos de la justicia para los pobres islamistas perseguidos - especialmente los palestinos - merecen la admiración ilimitada de la humanidad por:- Su fervorosa indiferencia frente a la muerte de las víctimas civiles de la guerra civil siria, y particularmente los niños.- Su magnánimo desinterés por las matanzas perpetradas por el Estado Islámico en Siria y en Irak y su actitud serena y contemplativa hacia las decapitaciones.- Su discretísimo silencio ante la movilización forzada de niños como soldados en Irak tanto por parte del Gobierno como de los campeones de la decapitación como deporte modernísimo.- Su poética distracción frente a los secuestros de niñas en Nigeria o las matanzas de niños en Pakistán realizados para impedirles su terrible pretensión de estudiar.- Su crónica falta de atención a molestias tales como la lapidación de mujeres, el ahorcamiento de homosexuales, el asesinato de mujeres por los mal llamados «crímenes de honor», costumbres todas ellas, casualmente, bastante arraigadas en el mundo musulmán.- Su desgano militante frente a los asesinatos de estudiantes en Venezuela, explicable porque fueron cometidos por un Gobierno insuficientemente maduro.- Su valerosa apatía frente a toda clase de ejecuciones, ajusticiamientos, asesinatos en masa, masacres, etc., siempre que sean cometidos en países del Tercer, Cuarto y Quinto Mundo y sus autores proclamen su odio al imperialismo occidental y sobre todo a Israel. - Su indolente atención a los males del mundo en contraste con su frenético activismo en todo lo que se refiere al rechazo de la manía del minúsculo Estado de Israel de defenderse cuando lo atacan. Por todo esto, es necesario cambiar el antiguo slogan del Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels por uno más actual. Por ejemplo: ¡Hipócritas de todos los países uníos! Por si a alguien se le ocurre quiere preguntar para qué, la respuesta es obvia: para unirse en contra de Israel, naturalmente, siempre que logren encontrarlo en el mapa.
|
|
|
|
|
|