La decisión de CFK de firmar un memorando de entendimiento con Irán para avanzar en el esclarecimiento del atentado a la AMIA llevó las cosas a un punto de no retorno ya que había sido la SIDE de “Jaime” Stiusso, precisamente, la que había articulado la versión falsa que hasta sigue sosteniendo el inefable fiscal Alberto Nisman. Esa versión falsa fue armada por la SIDE en base a “papers” que le acercaron los servicios de inteligencia exteriores, tan interesados en culpar a Irán como en sepultar el hecho de que el ataque se produjo en represalia por la multimillonaria “mexicaneda” hecha por los blanqueadores del dinero producido por el tráfico internacional de drogas. Algo que no tenía claros antecedentes, aunque muy poco difundidos: Pablo Escobar y el cartel de Medellín lavaron sistemáticamente el dinero que obtenían durante la mayor parte de los ’80 a través de una red de sinagogas e instituciones judías de la Costa Este de los Estados Unidos. El armado por la SIDE con aquellas malolientes materias primas, la “historia oficial” que terminó de pergeñar Nisman, ¡no resiste el menor análisis! Y es por esto que la DAIA, la AMIA, la Embajada de Israel y quienes fueron cómplices con ella, no pueden sino tratar de evitar que lo previsto en el memorando argentinoiraní se ponga en ejecución. Sino, imaginemos a Nisman balbuceando incoherencias frente al expresidente Rafsanjani luego de que este le preguntara “¿De qué me acusa?”.
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