En el siglo XV A .C., Jacob bendice con orgullo a sus nietos Efraín y Menasé, pide que todos los hijos de Israel se puedan parecer a ellos (Génesis 48-20).
Hoy en día se los condenaría, pues eran hijos de Josef y Osnat, hija del sacerdote On de Egipto. ¿Qué está pasando con los descendientes de los sacerdotes hebreos? ¿Es tanto nuestro chauvinismo que excluimos de nuestra grey a todos los que quieren integrarse a ella?
Recientemente, en Israel se objetó la validez judaica de todos aquellos que no son ortodoxos, podrán pagar los impuestos y hasta morir por el país, pero no serán considerados judíos plenos y ni que hablar de aquellos que tengan sangre no judía, pues si ésta no está convalidada por rabinos ortodoxos elegidos, no tiene ningún valor.
Pobre Moisés, que se casó con una mujer midianita (Exodo 2:15-20) y tantos otros que mezclaron su sangre, sin saber que con los años, la inquisición judía excomulgaría a sus descendientes.
No sólo creo que nuestros rabanim se equivocaron, sino que además no recuerdan a Isaías (56:6-8), donde nuestro profeta dice: “y a los hijos de los extraños que se juntan al Eterno para servirlo y amarlo y a los que no profanan el Shabat y abrazan mi pacto, los traeré al monte de mi santidad y los alegraré en mi casa de oración, dice el Señor D”s que reúne dispersos de Israel, también reuniré a sus agregados”.
No me extraña que Isaías haya sido más tolerante que nuestros actuales rabanim, pues tenía menos preconceptos y prejuicios que ellos.
Hace poco tiempo, en la República Argentina, un gran rabino sefardí anunció que se prohibían definitivamente en el país las conversiones de mujeres al judaísmo, salvo que éstas aceptaran viajar a Israel, hacer cursos y recién después de ser examinadas, se aprobaría su conversión.
No sé en aras de qué oscuros intereses, estas expresiones fueron avaladas por la cúpula de la DAIA. ¿No pensaron que es una barbaridad? ¿No se puede evaluar aquí cada caso y decidir sobre el particular o es que acaso nos faltan rabinos idóneos para evaluar y decidir sobre el tema?
Me duele este último caso por una mujer conversa y ya anciana, que me preguntó si era verdad que no podría ser enterrada junto a su marido. Como no sé mentir y no quise causarle una pena, la derivé al rabinato donde, si es que fue, conozco la respuesta que le habrán dado a la luz de esta disposición carente de sensibilidad humana.
Hay un antiguo poema que dice:
“...No me ruegues que te deje para irme lejos de ti, Donde vayas yo iré, donde mores, moraré, Tu pueblo será mi pueblo, tu D”s mi D”s. Donde mueras moriré y allí seré enterrada, Así haga el Eterno conmigo y más aún que solo la muerte nos separe...”.
Este es el cantar de Ruth la moabita (Ruth 1:16-17), que era no judía y ni siquiera conversa y que entre otros legados nos dio al rey David, ungido de Israel.
Espero que los rabanim recapaciten y modifiquen su posición, con el fin de dar cabida a todos aquellos que sinceramente quieran formar parte del pueblo de Israel, que en realidad y a través de la historia, no es más que un “rejunte” de hombres y mujeres de distintos orígenes y razas, que aceptaron un sistema moral para regir sus vidas.
Las distintas tendencias judías, podrán discutir sobre cuales son los puntos fundamentales para incluir o no a gentiles al judaísmo, lo que no pueden hacer es cerrarles las puertas, porque ese es un pecado de soberbia y estulticia.
Una de las parejas de tanaítas más grande que tuvo el judaísmo, fue la de Shemaia y Abtalion; estos dos maestros no eran de origen judío, sino que descendían de Senaquerib, el conquistador asirio (paradojas de la historia).
Ambos eran muy amados por el pueblo. Una vez, al finalizar Iom Kipur, el sumo sacerdote salió del templo, todos fueron hacia él, pero al ver a Shemaia y Abtalion, se volvieron hacia ellos; los maestros quisieron saludar al sacerdote y éste para humillarlos les dijo “paz a los extranjeros”, a lo que el pueblo reaccionó diciendo “la tendrán pues hacen el trabajo de Aharón (buscar la paz) no así el sumo sacerdote que no cumple su función” (Yoma 71b).
Deseo que el espíritu de tolerancia caiga sobre los rabanim que rigen las normas religiosas de Israel y por ende del Galuth, porque de no ser así, me temo que perderán parte de su rebaño y se producirán cismas entre las distintas corrientes del judaísmo.
Carezco de conocimientos para argumentar frente a los rabinos, pero poseo sensibilidad para saber que están ocasionando dolor a mucha gente y eso no conduce a nada bueno.
No olvidemos rabanim que en las épocas de los “zuguim” (parejas de maestros), competían Shamai que era estricto e Hilel que era el tolerante; ambos eran las palabras del D”s viviente, sin embargo, la decisión estaba con la casa de Hilel (Erubin 13b).
|
|
|
|
|
|
|
|
