El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, para discutir el acuerdo temporal alcanzado en Ginebra por el Grupo 5+1 con Irán. Obama, qué buscó tranquilizar al mandatario hebreo, que considera el acuerdo un «error histórico», señaló que el pacto paralizará de inmediato y durante seis meses el programa nuclear de Teherán. En un comunicado la Casa Blanca explicó que ambos dirigentes «reafirmaron su objetivo común de impedir que Irán obtenga un arma nuclear». Obama insistió que los miembros del Grupo 5+1 dedicarán los próximos meses para buscar «una solución duradera, pacífica e integral» con la República Islámica. El líder norteamericano también le trasladó a Netanyahu sus intenciones de «iniciar inmediatamente consultas con Israel» con respecto a las negociaciones que se lleven a cabo para esta solución integral. Para disipar dudas respecto a la fortaleza de la relación bilateral, Obama aseguró que su país «se mantendrá firme» en su compromiso con Israel, al que reconoció que «tiene buenas razones para ser escéptico sobre las intenciones de Irán». El presidente estadounidense y el primer ministro israelí acordaron seguir en estrecho contacto durante los seis meses del acuerdo y mientras avanzan las negociaciones en busca de una solución definitiva. El entendimiento con Teherán, aunque provisional y condicionado, dejó a Israel y Arabia Saudita en una situación completamente nueva, y altera lo que había sido hasta ahora la relación de fuerzas en el conflicto regional entre sunitas y chiítas, una rivalidad de corrientes musulmanas que tiene ramificaciones sangrientas en Irak, Siria, Líbano y Bahréin, entre otros focos de tensión. Israel considera un peligro que Occidente aceptó un Irán con capacidad para enriquecer uranio, aunque sea de manera limitada. Sin embargo, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, señaló que gracias al acuerdo «Israel está más seguro». Corresponsal
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