En estos días de tanta angustia, rabia, tristeza y desesperación, tal vez lo más apropiado podría ser prestar atención a las sabias palabras del poeta nacional palestino Mahmud Darwish(1941-2008) “Él está tranquilo” Él está tranquilo, yo también Él sorbe un té con limón Yo bebo un café, es lo único que nos distingue. Él lleva, como yo, una camisa amplia a rayas yo hojeo, como él, los periódicos de la tarde. Él no me ve cuando miro de reojo, yo no le veo cuando mira de reojo, él está tranquilo, yo también. Pregunta algo al camarero, pregunto algo al camarero… Una gata negra pasa entre nosotros, acaricio su noche acaricia su noche… Yo no le digo: está despejado, el cielo está muy azul. Él no me dice: está despejado. Él es el observado y el observador yo soy el observado y el observador. Muevo la pierna izquierda mueve la pierna derecha. Tarareo una canción, tararea una canción parecida. Pienso: ¿es el espejo en el que me veo? Luego le miro a los ojos, pero no le veo… Abandono el café de prisa. Pienso: quizá sea un asesino, o quizá uno que habrá pensado que yo soy un asesino. Él tiene miedo, ¡y yo también!
|
|
|
|
|
|