Las instituciones ven desvanecer el sueño de nuestros abuelos que fundaron la comunidad. El sabor del poder y el triunfo personalizado las fueron alejando del judío de a pie que les dio un mandato y un compromiso importante. Sin sustento ideológico ni proyectos atractivos se perdieron importantes activistas que aportaban ideas y divisas. El nuevo gobierno argentino ya alertó: “Vienen tiempos difíciles”. La ayuda social pasa a segundo plano ante lo primordial: Honrar la deuda con los acreedores externos. De allí que desde la mutual judía editorializan: “A partir de las disposiciones tomadas por el Gobierno nacional, como el aumento del valor de la electricidad, generando una situación problemática, posiblemente cercana a la del 2001/02, por lo que la AMIA también tendrá que aumentar el apoyo económico a las entidades educativas, y que afectará a los sectores de menores recursos, la AMIA tendría que volver a incrementar la ayuda social, a lo que se debe sumar los ajustes salariales por las paritarias, para lo cual todo el espectro político comunitario debe estar unido”. Esa es la razón de intentar formar una “Lista de unidad” que evitaría el desgaste que produciría en la dirigencia y los socios de AMIA el tiempo de la confrontación política preelectoral Así las cosas, el BUR (ortodoxia conducida por el rabino Samuel Levín), seguiría conduciendo la AMIA junto a sus aliados. Los funcionarios macristas Claudio Avruj y Sergio Bergman, y el siempre expectante Agustín Zbar, deberán esperar otra oportunidad.
DS
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