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Las Danzas Folklóricas Israelíes son una de las expresiones más ricas del acervo cultural judío. Nacieron en Israel como expresión de sentimientos, vivencias, historias y éstas fueron y son creadas por coreógrafos. Los Rikudei-am -las Danzas Folklóricas Israelíes- fueron tomando forma, se fueron profesionalizando y algunas de ellas tuvieron una adaptación para el escenario. Pero aún en ese contexto escénico original, se mantenía la esencia del folklore israelí.
Si bien no es el único agente motivador, muchas veces la música es el punto de partida a la hora de crear una danza, sea ésta una coreografía para escenario o para un baile folklórico, un rikud-am. La música de las distintas Danzas Folkló-ricas Israelíes tiene características específicas según las diferentes etnias, estilos, orígenes. Las diferencias están dadas desde los compases, los instrumentos, los tiempos, la energía, entre otras. Podemos decir que cada etnia y cada estilo de danza tiene su correspondiente estilo de música, de vestimenta, de energía, etc. Así como los bailes, hay músicas que pertenecen y representan claramente un estilo. Voy a definir algunos de los conceptos a los cuales me estoy refiriendo, es decir voy diferenciar los conceptos de estilo, etnia, minoría y grupo cultural. La etnia tiene un impacto cultural muy fuerte en el lugar donde se encuentra establecida y es numéricamente importante. Un ejemplo de etnia son los yemenitas. La minoría tiene un impacto cultural menor en el país donde desarrolla su existencia, en algunos casos por ser relativamente pocos y en otros por considerarse "cerrados" y con poco contacto con la sociedad que los rodea. Los drusos son un ejemplo de minoría. Existen discusiones sociológicas y antropológicas, y no hay un acuerdo uniforme respecto a la definición de estos términos. Pero la discusión se profundiza aún más cuando hacemos referencia a las etnias respecto de las danzas folklóricas israelíes. En este sentido vamos a incluir los conceptos de etnias y minorías dentro de uno mayor llamado grupo cultural y de este modo evitamos la confrontación. Definimos un grupo cultural a un grupo humano cuyos integrantes están vinculados por lazos raciales o culturales diversos. Cuando nos referimos a estilo hablamos de la forma de danzar que tiene una etnia, una minoría o un grupo cultural determinado. Hay instrumentos característicos que utiliza cada grupo cultural. Si tomamos el debka israelí que proviene del debka árabe, veremos que utilizan en sus danzas varios instrumentos como ser el jalil (flauta), el tof o darbuka (tamborcito de barro), el violín, el ud (especie de guitarra) y los aplausos utilizados como un instrumento que sigue generalmente al tof. También utilizan el canto con preguntas y respuestas entre el cantor y el grupo. El debka kurdo (proveniente de de Kurdistán - lo que hoy sería Siria, Irán, Irak y Turquía - utiliza instrumentos de percusión como el zurna (flauta similar la gaita) y el dehula (que es un tambor con 2 palos de madera, uno grueso y otro finito) son generalmente acompañados por los músicos que se mueven junto a los bailarines. Los marrocanos, originarios de Marruecos, utilizan darbukot (tambores), ud y kinor (violín). La danza jasídica, la yemenita, el hora - por nombrar algunos de los restantes grupos culturales - no utilizan instrumentos específicos. La música es muy distinta en cada una de estas danzas pero esta diferencia no radica en los instrumentos utilizados (salvo el clarinete famoso en la música klezmer). Con la incorporación de sintetizadores e instrumentos modernos, con el avance de la globalización, las músicas intentaron modernizarse y muchas veces se parecen demasiado entre sí y éstas a su vez, se parecen a todas. Es decir que van perdiendo la esencia, el origen. Se van volviendo híbridas.
Las danzas creadas para ser bailadas en el repertorio de las bailes folklóricos, es decir aquellos que no nacen para escenario pueden surgir desde la inspiración del coreógrafo -ya sea a partir de una música, de un paisaje, de una historia para contar, etc. A modo de ejemplo podemos mencionar el rikud Ben - Iá, que significa hijo de dios, rikud creado por Moshiko Ha Levy como agradecimiento al nacimiento de su hijo, el cual fue muy difícil de concebir. Pero lamentablemente también pueden surgir a partir de la producción seriada, planificada e intelectual, sin ninguna inspiración salvo la económica. La necesidad que siente ese coreógrafo de crear una danza es económica. Muchas veces ése es el escenario más peligroso a la hora de elegir músicas: sin lugar a dudas la elección estará basada en el éxito de esa melodía, en cuán pegadiza y fácil sea. Buscarán una música de moda, fácil de recordar, "cuadrada" y hasta será la respuesta que estaban esperando: por fin se crea un baile para esta linda música. Si la elección es exitista y no basada en la inspiración, entonces la profundidad y esencia de la creación corren serios peligros.
Es indudable que el propio avance del tiempo va modificando las distintas expresiones culturales. Es bien sabido que lo único permanente es el cambio. Pero no aludo a una modificación vinculada con el lógico transcurrir del tiempo sino básica y fundamentalmente una modificación en cuanto a inclusión de nuevos elementos. Elementos provenientes de otras culturas que indudablemente se modifican las unas a las otras. La apertura intercultural sin dudas enriquecerá el bagaje de cada cultura en la medida en que cada una de ellas respete y mantenga sus raíces. Tal vez la línea divisoria sea delicada y delgada. El intercambio intercultural será un elemento que, si bien, modifica el concepto original, sin dudas lo enriquece. Al no ser endogámica, la danza folklórica israelí se va modificando, actualizando, va tomando elementos de otras culturas. Recordemos que los Rikudei - Am nacen justamente con las distintas corrientes inmigratorias que llegaron a Israel y entre todas formaron este vasto universo.
En este momento en Israel, los bailes más exitosos y que están haciendo furor son los latinos. Con letra en castellano y el ritmo tal vez un poco remixado, los bailes en shurot (filas), son la perla de las Harkadot: María, María; el Tiburón, Aserejé, etc.
La gran discusión de todos los tiempos -de todos los morim de rikudim- está centrada en definir si una danza es folklórica o no, haya sido ésta crada para escenario o como rikud am. La respuesta para saber si un baile es folklórico la dará el tiempo y la gente. Si una danza sobrevive a la inagotable creación de bailes nuevos y sigue vigente, sigue siendo pedido, buscado, bailado con pasión, al cabo de varios años, entonces -y sólo entonces- podemos decir que esa danza ha ingresado al universo de los bailes folklóricos israelíes. Son esas danzas las que se transmiten de generación en generación y traspasan los límites geográficos. Muchas veces definimos las danzas israelíes como un idioma, un lenguaje.
Citando a Gurit Kadman, alemana, quien desde 1920, año en que llega a Israel, comienza a interesarse en el folklore israelí. Fue iniciadora y organizadora de los primeros Festivales Dalia en Israel. Se dedicó a estudiar, investigar y cuidar la danza de los distintos grupos étnicos y minoritarios de Israel, con la intención de conservar su folklore tradicional. Gurit Kadman dice: "este proceso de crear y propagar bailes nuevos en un plazo tan breve podrá parecer poco natural y hasta incluso ridículo, a los ojos de las naciones más dichosas que nosotros, que pudieron conservar su tradición. Sin embargo no tenemos otro recurso. No podemos esperar varios siglos hasta que surja un folklore auténtico, lo necesitamos ahora y por eso tenemos que crear en pocos años lo que se forma en el curso de generaciones".
Lo paradójico del caso es que cuanto más se parecen las músicas -y los bailes- más se valoran aquellos "originales" y distintos. Aquellos con personalidad, con contenido, que transmiten "algo" más que ritmo. Tal vez ésa sea la salvación y el camino para recuperar la esencia de lo verdaderamente folklórico. Porque una cosa es que se modernice la música y el baile y otra muy distinta es que éstos pierdan su esencia desdibujándose.
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