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B''H Se acerca Pesaj...
...Y transmitirás a tus hijos...” |
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Cada festividad del calendario judío, convoca a una recordación y reactualización de la tradición, pero, por sobre todo, nos remite a una reflexión, a un examen de autoconciencia que implica un desafío en alguna de las dimensiones de nuestro ser. Se trata de un ciclo que se reitera, pero en forma de espiral ascendente, si logramos imbuirnos del verdadero significado de cada jag. Pasado Purim, la casa judía, la familia toda, se prepara durante un mes, para Pesaj: la salida de Egipto, la fiesta de la libertad. Pero... antes de ver cómo lo hacemos, pensemos qué significa estar en Egipto. Cuando los sabios hablan de “estar en Egipto”, se refieren al profundo y esencial significado que se esconde en la palabra Mitzraim (Egipto). Mitzraim proviene de “angosto”, “estrecho”; y hace referencia a nuestras propias limitaciones. ¿Cuándo estamos en Egipto? Cuando somos capaces de decir: “Esto es lo que debería hacer, esto es lo correcto, pero... aún no puedo hacerlo”. Si no hemos tomado conciencia de nuestra falencia, quiere decir que aún no hemos entrado en Mitzraim, que aún estamos en un escalón inferior. Estar en Mitzraim, significa la toma de conciencia de una limitación, es la lucha interior por mejorar aspectos de nuestros pensamientos, de nuestras emociones, de nuestras acciones. Por supuesto, cada uno en su nivel, cada uno buscando su propia superación. Y... ¿En qué aspectos de nuestro interior nos convoca a pensar esta festividad? Nos invita especialmente a pensar en reforzar nuestra humildad y destruir todo vestigio de orgullo y soberbia. Y esto está simbolizado en la búsqueda del “jametz” que realizamos con todo esmero en nuestras casas. Así es, durante un mes buscamos todo vestigio de orgullo (hasta este momento inconsciente) en nuestro interior, a la vez que buscamos el jametz en nuestras casas. Y, más aún, la noche anterior, nosotros mismos escondemos diez pedacitos de jametz (¡cuidadosamente envueltos, por supuesto!) para luego buscarnos con la luz de una vela. Curioso ¿no? Esconder para luego buscar... No hay duda de que los judíos somos pintorescos! Sin embargo, este acto simboliza un desafío más difícil aún: el de reconocer aquellos pensamientos o actos orgullosos que hemos cometido, pero... en forma consciente. El de reconocer cuántas cosas escondemos adrede! La vela, esa pequeña luz, representa a nuestra alma (neshama) que es capaz de descubrir en los más recónditos rincones de nuestro interior, aquellos aspectos que debemos corregir, para acercarnos al Creador. Que para este Pesaj podamos realizar en cada uno de nuestros hogares, una búsqueda y eliminación del jametz de nuestras vidas, que nos acerque cada vez más a una libertad ética, responsable, permitiéndonos “saltar” las limitaciones y disminuir las angustias que nos provocan. Que en este Pesaj, todos podamos sentarnos en la mesa del seder habiendo aumentado nuestra entrega de tzedaká y disminuido nuestro nivel de orgullo... Pésaj kasher vesameaj! Jaim Baruj Chelger (Grupo Shaar Hakavanah) Basado en las enseñanzas del Rab Jaim Zukerwar |
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