Entre otros temas analizados opina sobre el comienzo de su carnicería ubicada en Av. Monroe 2743 en el Barrio de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires. Casado con Romina y con un hijo, Mishael David de 10 meses.
V.K.: ¿Cómo es tu experiencia en el mercado kosher? ¿Y cómo nace “Shem Tov”?
G.LL.: Desde el año 2002 trabajé en una carnicería en Once y fui tomando experiencia. Luego me dedique a fabricar productos kosher como bombones de fruta, puré de papá, rebosador, chupetines de chocolate. Después salió la oportunidad de abrir un negocio propio y dado a la experiencia que tenía y que no había carnicería en Belgrano me incentivó a hacerlo. El 24 de noviembre del 2004 abrimos con un socio, HaKadosh Baruju (El Santo bendito sea). Él puso el 90 % y sólo me pide el 10 % mensual (el maaser o diezmo). Si me va bien, a él le va bien. Ganamos los dos.
V.K.: ¿Cómo definirías al mercado kosher en Argentina?
G.LL.: Hay más gente de la que uno puede imaginar que come al menos carne kosher. De toda la clientela el 80 % no es ortodoxa (observante) pero sin embargo sabe lo importante que es comer carne kosher. Tanto por como se faena sin hacer sufrir al animal (shejitá) y mediante al salado (melijá). Y también se saca la carne que nos es prohibido comer.
V.K.: ¿Cuando se habla de lo caro que es el kosher, qué piensas al respecto?
G.LL.: Se deben a muchos factores. En la faena hay gente especializada (shojet) con estudios y experiencia. Por diferentes motivos (los judíos) no comemos el cuarto trasero. Unas de las opiniones es que tiene muchas venas de sangre que son difíciles de sacar. En Israel hay 2 o 3 shojet que lo saben hacer. Hay Rabanim que determinaron que fuera de Israel no se come el cuarto trasero porque no hay shojet con experiencia para hacer la tarea. Así quedó hoy la halajá (ley judía). En Israel, el que ve estos cortes que no se sorprenda ya que es el único país autorizado. Según ciertas opiniones.
Otra es que por este punto el frigorífico nos vende más caro al llevarlo fraccionado. Además por el proceso de melijá (salado) al sacarle la sangre (que el judío tiene prohibido consumir). Y por el supervisor (mashguiaj) del local para asegurarse que esa carne sea 100 % kosher, todos estos pagos encarecen el producto.
V.K.: ¿Qué recomendaciones le darías a quienes dan sus primeros pasos en el kosher?
G.LL.: El Kosher al igual que otros preceptos dados por D’s fueron ordenados por el propio D’s, a lo cual Él mismo no nos va a dejar que nos vaya mal por el precepto que él nos dio. Si bien el Kosher es caro al cumplirlo D’s nos va a mandar el doble (para poderlo pagarlo).
V.K.: ¿Qué análisis haces tras estos dos años de la apertura de “Shem Tov”?
G.LL.: Personalmente que me hizo crecer al haber abierto un negocio tan chico, crecí al montar mi propio negocio. Estoy contento porque supero las expectativas de tener unos pocos amigos religiosos de clientes, a pasar a tener una gran cantidad de clientes e incluso de otros barrios que hoy en día forman parte de mi vida como si fueran viejos amigos.
|
|