Generacion J

B''H

Si nos guiamos por las resoluciones de la ONU existe un país el cual parecería ser un Estado agresivo, guerrero, un peligro para la humanidad. Un país al cual en los últimos 57 años se le han dedicado el 30% de las condenas por violaciones a los Derechos Humanos. Ese país no es ni la Argentina de Videla, ni el Chile de Pinochet, ni Siria, ni Arabia Saudita, ni Sudán, ni siquiera el Afganistán de los Talibanes y Bin Laden. Ese país es Israel.
La ONU discrimina al estado judío por diversos motivos. A continuación describiremos algunos de ellos:
Todos los refugiados tienen una única comisión de la ONU encargada de ellos. Todos a excepción de los palestinos que tienen un estatus especial, no sólo por tener una comisión “particular”, sino además por ser el único grupo humano que no tiene estado pero si representación en la ONU.
La representación en las Comisiones de la ONU no es nominal (por país) sino regional, Israel al ser discriminado de la región por las dictaduras vecinas, a pesar de ser miembro con plenos derechos, ve cercenada su participación y, de hecho, es el único discriminado ya que por esta razón no puede formar parte de las distintas comisiones.
La ONU, gracias al voto automático del mundo islámico y sus amigos, los dictadores antijudíos como el Comandante Hugo Chávez, ha llegado al absurdo de condenar a Israel como un país violador de los Derechos Humanos y al sionismo (ideología de Liberación Nacional del pueblo judío y el movimiento político que la sustenta) como una forma de racismo. Mientras esto ocurría, la misma comisión de Derechos Humanos era presidida por Libia y entre sus integrantes había otros “amantes” de los Derechos Humanos y las libertades democráticas tales como Siria, Cuba, China, etc.
Mientras se insiste en condenar a un país que no viola los Derechos Humanos, callan y encubren los crímenes de los verdaderos violadores de Derechos Humanos. Por ejemplo la ONU no ha condenado la pena de muerte a los homosexuales en el mundo islámico como tampoco la situación de sometimiento de las mujeres en dicho mundo. Mientras se comete la infamia de condenar al Sionismo como una forma de racismo, sistemáticamente se niegan a condenar al racismo real en su faz antisemita.
Sobre la doble moral de la ONU, uno debería preguntarse si el trato discriminatorio que recibe Israel se debe a su carácter de estado judío, ya que esta característica es lo único que lo distingue de los demás estados. Si esto es fuera así, se trata nada más y nada menos que de antisemitismo y como tal hay que denunciarlo. Entonces, no se comprende por qué si los “progresistas” condenan expresamente las acciones de racismo antisemitas cometidas contra un sujeto, por qué callan o, peor aún, apoyan las acciones de discriminación antisemita contra el judío colectivo: el Estado de Israel.


Comentario especial de Lic. Patricio A. Brodsky:
Licenciado en Sociología, especializado en cuestiones vinculadas a la Shoá y al estudio de la judeofobia contemporánea.

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