Plantar un árbol en las laderas pedregosas de uno de los tantos montes que rodean Jerusalem. Es una experiencia singular. Pude hacerlo este año en el bosque de Zora. Fui recibido allí, junto a mi esposa, por Efraim, director general de todas las plantaciones que se hacen en Israel. Luego de explicarnos las características climáticas y geográficas de Israel, rodeada de tres desiertos e influenciada por los vientos mediterráneos. Nos pusimos en marcha esquivando retoños ya plantados o brotados naturalmente. Tome en mis manos el pequeño algarrobo que no superaba los 10 cm. de alto y me dirigí a un pozo en parte preparado. Cuando uno deposita el frágil árbol en medio de la piedra, la arena, el yuyo y ve al frente una amplia colina devastada por inciendios naturales e intencionales, uno siente una enorme emoción difícil de explicar. Uno pone un grano de arena en la empresa judía más importante de los últimos 70 años.
“El KKL”, dijo Efraim, “empezó a plantar árboles en los últimos 115 años. Hoy ya hay plantados cerca de 240 millones. No es sólo plantar. Hay que cuidarlos. El período de plantaciones es muy corto (de diciembre a febrero). Sobreviven un 70%. Es increíble ver como los mismos muchas veces logran salir adelante luego de algún incendio”, dice Efraim. Nos despedimos de él viendo el milagro verde de la revolución judía azul y blanca. Próximo paso: Guilat. GUILAT En Guilat está ubicado uno de los tres viveros que el KKL tiene en el país. Esta no muy al sur. Los otros están en el norte y el centro. En Guilat hay 23 hectáreas atendidas por siete personas, es muy poco personal. En el vivero hay cerca de 250 especies tanto autóctonas como de otros países. Toda la producción de árboles de Guilat responde a la demanda de los bosques, se donan para plazas, parques, municipios y escuelas. “Esas plantas que ven ahí son unas 60.000. Alumnos de escuela las van a plantar el próximo Tu Bishvat”, agrega Pablo, un ingeniero agrónomo argentino que hizo aliá hace 30 años. En el vivero se ven invernaderos donde se reproducen y protegen especies y semillas abonadas especialmente. Hay plantíos de palmera, olivo, eucaliptus. La mayoría de los árboles están plantados sobre un tipo de lona orgánica de origen israelí que retiene agua y la humedad. También se ven siromoros, moreras, higueras, granadas, cipreses. Pablo nos da detalles una y otra vez del trabajo que se realiza en Guilat. Es casi increíble ver los pequeños retoños cuyas raíces se encajan y desarrollan en cubos protectores importados de Alemania. Así orientan la raíz hacia el suelo y evitan su enredo. Dejamos Guilat con ojos empapados de verde. Nos vamos a Nave. Esa es otra historia.
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