La futura visita del premier israelí Benjamín Netaniahu a la Argentina, > con fecha aún no confirmada, solidifica una relación profunda entre dos > países; una relación que nunca debio deteriorarse. > > Los años infaustos de la política exterior de los gobiernos de Cristina > Fernandez llevaron a la relación con Israel a su punto más bajo, no > tanto en materia comercial sino en lo político. > > A tono con el antisionismo visceral de la izquierda peronista ex > montonera y la influencia negativa del Chavismo en la región, las > relaciones fueron entrando en un cono de sombras. > > El famoso engendro del Memorandúm de Entendimiento con Irán, felizmente > derogado por el gobierno de Macri, llevo a las relaciones a niveles de > gran frialdad. Fue evidente para muchos que esa maniobra política urdida > por Timermann, Esteche y otros tristes personajes, lejos estaba de > buscar la verdad en la causa AMIA tal como pomposamente se la presentó y > aprobó. > > Más bien era una herramienta para profundizar el cambio ideológico de > Argentina en sus sociedades con regímenes como el venezolano, sirio e > iraní, principalmente, por citar solo algunos de los peores regímenes > autoritarios y democracias de ficción y autoritarias. > > La presencia de un canciller judío como Timermann que no perdió > oportunidad de degradar al estado hebreo que le salvo la vida a su padre > durante la dictadura, tensó más la relación en lugar de restaurarla. El > último discurso de Cristina frente al Parlamento acusando a Israel de > intromisión en la causa AMIA y omisión en la causa Embajada, heló las > relaciones. > > El apoyo casi incondicional de la política exterior argentina a la causa > palestina ( siguiendo a pie y juntillas la posición vaticana) no hizo > más que reafirmar el rumbo elegido. > > La visita a nuestro país del presidente de Siria, Bashir El Assad, a > mediados del 2010, ya despertaba en Occidente e Israel las sospechas de > hacia donde se dirigiría el nepotismo falso progresista. Si bien nadie > pudo anticipar el baño de sangre que Assad desataría en Siria desde > marzo 2011 a la fecha, llamó la atención la falta de tino y perspicacia > para reunirse con un líder dictatorial y promotor del terrorismo del > Hizbollah que en la década de los 90 enlutó dos veces a la Argentina. > Todo un desatino y un papelón mayúsculo. Siria no sólo no fue actor en > ningún abierto proceso de paz sino que intentó mediar en la relación > problemática y fisurada entre Irán y Argentina, trama tenebrosa que > terminaría con la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman. > > El cambio de política del actual gobierno en materia de relaciones > exteriores se hizo visible pero mantiene aún las típicas ambiguedades y > devaneos de la diplomacia local. > > El apoyo argentino a la insidiosa resolución de la Unesco que borró los > derechos judíos sobre el Muro Occidental y la zona del Monte del Templo > solo puede ser calificado de torpe, más biern inspirado en las cercanías > de Malcorra con el secretario general de la ONU. Israel debio protestar > y no lo hizo. > > Superado todo lo anterior, se abre un panorama más alentador en la > relación entre ambos países que tienen más para ganar que perder en una > relacioón constuctiva, sincera y equilibrada dejando atrás períodos > tormentosos y asimétricos.
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