La comunidad judía de Argentina, sus instituciones y cultura, se caracteriza a lo largo de toda su trayectoria por una importante creatividad en materia de prensa. Notables periodistas se han destacado en este terreno y entre ellos Pedro Olschansky tiene un lugar de honor. Desde muy joven sintió la vocación periodística y llamó la atención por la pulcritud y precisión de sus crónicas comunitarias, a la manera de los grandes narradores de otrora de las sesiones parlamentarias. En una primera época Olschansky fue figura conocida y respetada como redactor de la revista “La Luz”, a la que contribuyó con crónicas y artículos de investigación. Después de esta etapa y durante varias décadas se desempeñó como Director de Prensa del Congreso Judío Latinoamericano y su órgano de difusión OJI, al que convirtió en una referencia informativa e institucional no solo para la Argentina, sino para todo el continente. OJI, con cada entrega, llegó a adquirir contornos enciclopédicos, trayendo un cúmulo formidable de noticias de todo el mundo judío, con el añadido de notas y artículos de interés coyuntural y también permanente. OJI fue además una especie de agente de servicio público judío, respondiendo a variadas inquietudes y consultas de sus lectores. Para poner un solo ejemplo, baste recordar que le llegaban consultas hasta del Japón. A pesar de que Olschansky realizaba una obra ciclópea, nunca presumió de la misma. Como persona y como periodista se mantuvo siempre fuera del ruido, dotado de una modestia poco común en estos tiempos de autopromoción. Responsable, exacto, servicial para con todos, se convirtió en una de las figuras más queridas en la comunidad. La suya fue una historia de seriedad y dignidad en el periodismo judío. Es, a justo título, una de las personas que hacen para bien la diferencia en una sociedad.
Manuel Tenenbaum
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