Itzjak Rabin, fue un prócer y un héroe nacional. Desde joven, mostró su convicción por el pueblo de Israel y el sionismo, cuando a los 19 años de edad, teniendo la posibilidad de viajar a los EE.UU. a estudiar una carrera, opto por Israel enrolándose en la Hagana, el ejército clandestino hebreo, para defender los asentamientos judíos en Israel previo a la declaración del estado. Con el correr del tiempo, fue ascendiendo en su carrera militar pasando por los más altos rangos del ejército, luchando en la guerra de la Independencia, luego en la guerra de los Seis Días, siendo el primero en entrar a Jerusalem reunificada. Llevo cabo la operación Entebe, luchando duramente contra el terrorismo árabe cuando tuvo que hacerlo, y liberando 256 reenes de sus manos. Luego de su carrera militar, continuó en la diplomática siendo embajador de Israel en los EE.UU. Luego se abocó a la política llegando a ser Primer Ministro y Ministro de Defensa en dos ocasiones. Así como en Rabin, existen muchas formas de aportar al pueblo judío y a Israel. Todas ellas válidas, y cada uno es libre de encontrar la suya, pero esa responsabilidad, recae sobre cada uno de nosotros, y ninguno queda exeptuado de ella. El asesinato de Rabin, nos afectó a todos los judíos del mundo, porque lo que pasa en Israel, nos afecta a todos. La democracia, uno de los principales valores del Estado de Israel como Estado judío y que nuestros vecinos árabes todavía no han alcanzado, fue sacudida con el asesinato. Este acto criminar que acabo con la vida de Itzjak Rabin, ocurrió en un contexto de odio. Donde la derecha acusaba a la izquierda de traidores y la izquierda acusaba a la derecha de enemigos de la paz. Es por ello que este vil acontecimiento, nos obliga a todos nosotros a defender aún más la tolerancia, el rechazo al odio y a la violencia, sea que venga de un factor político o del otro. Porque la convicción en nuestra ideología no anula ni sobrepasa el respeto a los valores humanos. La coexistencia y la paz no se lograrán a través de unificar todas nuestras creencias, se logran a través del diálogo, respetando otros puntos de vista, respetando a nuestros semejantes y dándonos derecho a ser distintos. Toda nuestra democracia se apoya en estas bases. Como en el Consejo Juvenil Sionista Argentino, la federación de Tnuot Noar, que agrupa a movimientos de derecha, de izquierda, seculares, y religiosos a la vez, porque creemos en estos valores al igual que otros jóvenes judíos. Libertad en el pensamiento, unidad en la acción. El lema de una de nuestras Tnuot Noar, y el desafío de la democracia, del pueblo de Israel, y de nuestra generación toda. Permitámonos ser libres de pensar, de cuestionar, de discutir, de reclamar, de disentir. Pero jamás, jamás permitamos que la discusión entre las ideas, nos lleve a la separación de nuestros corazones ni al odio entre hermanos. Queremos un pueblo de Israel fuerte, fuerte por sus valores y fundamentos, porque la verdadera fortaleza pasa por ellos. Por la coexistencia, la tolerancia y la paz. Bendita sea su memoria. Jack Hodari Israel
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