Cada día son más los usuarios que dedican sus horas a dicho consumo, el cual no distingue edad, sexo, ni religión. Ventajas y desventajas de adelantos tecnológicos que ponen en vilo los valores de nuestra sociedad.
Quién hubiera imaginado, años atrás, que el avance de la tecnología sería capaz de absorber y alejar las relaciones interpersonales al punto de volverlas frías y distantes. El apego a las redes sociales se ha vuelto la razón de cada vez más personas. Un domingo atrás estaba sentada en una confitería de un club de la colectividad cuando observé una imagen tan real como preocupante. A mi lado se encontraba almorzando una familia compuesta por dos hijos adolescentes y sus padres. Ambos chicos aferrados a sus móviles, solo apartaban su mirada del teléfono para ingerir bocado. Uno le comentaba al otro lo que le habían escrito en su cuenta de Facebook, la red social más famosa de los últimos años, mientras que sus progenitores aislados de tal situación, leían el diario electrónicamente. Facebook es un sitio web formado por redes sociales relacionadas con una escuela, universidad, trabajo, ciudad o país. La gente lo utiliza para mantenerse al día con sus amigos o compañeros compartiendo fotos, enlaces, vídeos, entre otros contenidos. Cualquiera puede crearse una cuenta, lo único que se necesita es una dirección de correo electrónico. Alejados se perciben los tiempos en los que el diálogo frente a frente era el menú elegido. Hoy es casi imposible prescindir de las redes sociales, sólo algunos logran abstraerse del mundo virtual. Laura, quien prefiere que no se publique su apellido, es una adolescente de 16 años cuyo interés es similar al de otros jóvenes de su edad: cuántos amigos tiene en Facebook, a cuántas personas les ‘’gusta’’ la foto que ha subido al sitio y si el chico que le atrae le ha pedido solicitud de amistad. Como todas sus compañeras de curso lleva consigo su móvil y asegura, con cierta vergüenza, que durante meses estuvo insistiéndoles a sus padres que le obsequiaran para el día de su cumpleaños un aparato nuevo porque el que ella tenía no era como el de sus amigas.
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