La comunidad judía del oeste del Gran Buenos Aires está integrada por unas 20.000 personas, y pese que a que existe un proyecto para crear una nueva institución, ya no hay escuelas para quienes viven en la zona.
Ramat Shalom se originó hace 11 años para compensar el cierre de una escuela perteneciente a la red Sholem Aleijem. Por una iniciativa de padres de la comunidad y con el apoyo de AMIA y de instituciones de la zona se creó para llenar ese vacio.
Semanas atrás, a través de un e-mail de la madre de uno de los alumnos, nos enteramos del cierre . Para nuestra sorpresa, las autoridades no querían explicar lo sucedido, los familiares de alumnos tenían cierto temor a hablar por “lo que se diga” en una comunidad que consideran chica, y los rumores de problemas económicos, de ayudas no cumplidas y del cierre repentino se hicieron cada vez más fuertes.
Comunidades tuvo la posibilidad de hablar con una fuente muy cercana a Ramat Shalom quien contó que la institución estaba preparada para albergar más de 400 niños, pero por el poco tiempo del proyecto no llegó a tener 200 y que la infraestructura del personal era muy alta. A eso se le sumaban familias de pocos recursos que formaban parte de la escuela. “El problema mayor tiene que ver con un proceso de asimilación y la falta de comunicación y colaboración entre las entidades de la zona. No hay una armonía, no hay un contacto de solidaridad, no se unen energías para hacer un proyecto en la zona”, nos contó.
También aseguró que el 20-01 en la institución se enteraron que “los aportantes se retiraban”, pese a que tenían “todo el proyecto 2011 estructurado con esos fondos”. “La escuela contaba con esos aportes que se fueron diluyendo, y afrontar gastos cuando por aranceles sólo entraba el 20% del dinero necesario ".
Esta fuente cercana a la institución contó que “hubo muchas versiones con fines políticos buscando culpar a alguien. " AMIA nos ayudó y motorizó una ayuda muy importante en los últimos años. Familias que no llevaron a sus chicos a la escuela preferían pagar una de peor calidad con inglés en Ramos Mejía. El tema principal fue la pluralidad de aportes que tenían fecha de vencimiento y creían que iban a persistir, y no fue así”.
La profesora Batia Nemirovsky, directora general del Consejo Central de Educación Judía , le aseguró a Comunidades que “AMIA no retiró los aportes. Ante el cierre inminente a mediados del ciclo lectivo 2010, la Kehilá aunó esfuerzos con otros factores comunitarios para sostener la escuela abierta a través de una importantísima suma mensual, adicional al subsidio, que en el caso de Ramat Shalom tenía una especial consideración a la situación socio económica y geográfica. Este apoyo ‘extraordinario’ tenía un plazo de finalización pactado que era diciembre, y tenía por objetivo permitir a la conducción política tener un semestre para elaborar un plan de autosustentabilidad en el tiempo. Nos sorprendió que el anuncio de no continuar y cerrar sus puertas a partir del año lectivo 2011 se hiciera en el mes de enero”,dijo
Ante la pregunta si existe una crisis educativa en la comunidad judía por el cierre de casi 20 escuelas en los últimos 15 años, Nemirovsky destacó que “en los últimos 8 años la matrícula de las escuelas de la red escolar judía creció en un 35%, llegando en el nivel inicial al número más alto de alumnos del que se tenga registro en los últimos 25 años”.
El cierre de Ramat Shalom se dio por las “crisis cíclicas” del proyecto, que no son sólo de esa institución, sino de muchas de la comunidad judía: “En 2008 surgió la idea de hacer una escuela de transición entre lo laico y lo religioso a través de Jabad . Algunas personas se movilizaron porque temían que se "ortodoxizara" la comunidad y que se terminara cerrando el club. Hubo gestiones y se le pidió ayuda a la Fundación Judaica del rabino Sergio Bergman, quien cumplió lo que había prometido solo por un año. Las ayudas que se plantearon se cumplieron pero el problema es que eran muy acotadas en el tiempo”, destacó la fuente.
Ya casi sin escuelas en todo el Gran Buenos Aires, Nemirovsky dijo que “la AMIA, a través del Vaad Hajinuj , asesorará a quien desee encarar para la población de su zona de influencia un proyecto de educación judía. En cada pequeña comunidad la educación judía tiene que tener el formato de ‘lo posible’: educación suplementaria, complementaria y otras, son términos y propuestas que debemos tomar en cuenta”.
Según dijo el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, la institución ayudaría con transporte para que el alumnado del jardín vaya a un jardín de Jabad en Morón y lo mismo haría con los alumnos de la primaria a los que trasladarían a la escuela Marc Chagall. También, tanto Batia Nemirovsky como la fuente cercana al Ramat aseguraron que casi todos los maestros pudieron reubicarse en otras instituciones.
El cierre generó mucha tristeza en los alumnos y en sus familiares ya que perdieron “su casa”. “El dolor de los chiquitos y de las familias es inevitable porque el amor que sentían por la escuela no tiene comparación. Era una gran familia con una educación muy personalizada”, contaron familiares de alumnos que temían hablar ya que el clima en la comunidad era muy tenso. “Constantemente había gente que debía cuotas y se aprovechaba. En dos años no ponía un peso y después aparecían con autos 0 kilómetro”, aseguraron. Más allá de los rumores, se mostraron muy dolidos por la situación y contaron que cuando se entraron de la noticia “los chicos se pusieron a llorar” y que “para los nenes chiquitos ese era un lugar de mucha contención”.
El último shule del oeste del Gran Buenos Aires cerró sus puertas y en el ciclo lectivo 2011 no habrá instituciones judías en esa zona que abran sus puertas para educar a los chicos. La única realidad es que existe la necesidad de un centro educativo y que la comunidad debe aunar esfuerzos y lograr proyectos en conjunto para que instituciones puedan nuevamente ponerse de pie y los chicos una buena educación judía.
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