Encabezaba un grupo de alumnos de una yeshiva israelí que visitabamos el guetto de Lodz. Era ya el fin de nuestro viaje educativo a Polonia y parecía que ya habíamos vivido todas las demas duras experiencias. Los alumnos estaban sentados en el piso de un vagón de tren que transportó judíos a los campos.
Entonces decidí hacer la " pregunta ". Para alumnos religiosos que vieron con sus propios ojos las consecuencias de las fuerzas de la maldad en los crematorios de Majdanek, que vieron tumbas colectivas, la pregunta era una obligación. " Y entonces, ¿ dónde estuvo Di-s en la Shoa ?. Mañana estaremos en Israel; mañana se abrazaran a sus padres. Las imágenes que vieron los acompañarán por muchos años. Serán parte de la formación de vuestra identidad personal y nacional pero yo estimo que nuestro viaje no estará completo sino abordamos la angustiante pregunta. ¿ Por qué ? ¿ en qué se equivocaron ? ¿ Dónde estuvo el Creador ? ".
Pase mi vista por cada uno de esos maravillosos jóvenes; algunos bajaron la vista, otros miraron de reojo. Insistí. " Por supuesto que ustedes esperan de mi una respuesta sobre la conducta divina. Este es mi rol. Fui nominado rabino para dar respuestas a situaciones complejas. ¿ No es esta una de ellas ?."
Se hizo un pesado silencio en el vagón. Todos esperaban mi respuesta. Un silencio profundo, doloroso, lastimante.
" En la Torá se encuentra la Perasha Shemini. Allí vemos que la Torá nos cuenta que Nadab y Abihu, hijos de Aharán el sumo sacerdote, murieron. " Tomaron los hijos de Aharón, Nadab y Abihu, cada uno su incensario y pusieron sobre ellos fuego sobre el cual colocaron el incienso y ofrecieron ante Adonai fuego profano lo que Di-s no lo había prescripto. Empero salió un fuego delante de Adonai y ellos murieron ante él " ( Levítico cap. 10 )
La terrible tragedia que golpeó a la familia de Aharón exige del sacerdote una reacción, un grito, una explicación. Sin embargo Aharón prefiere responder de otra forma : " y calló Aharón " . ¿ Cómo se explica este silencio ?. Algo nos enseña. No todo tiene explicación y a veces las explicaciones que se ensayan golpean injustamente el recuerdo de los asesinados. Hay exégetas que sostienen que Di-s castigó a sus hijos por no cumplir con lo pedido; otros puntualizan que fue por negligencia. Cada uno convoca a la Shoa y al Creador para robustecer sus ideas. El mundo de la fe no es siempre el mundo de las respuestas absolutas. Hay veces que la Emuná ( fe ) nos posibilita simplemente callar.
Yo no tengo instrumentos humanos para explicar algo tan dramático como la Shoa. La lógica humana no esta adaptada a la comprensión del exterminio masivo.
Mi instrumento principal, el gran obsequio de Aharon, es saber que hay instantes en que es conveniente callar .
Como cada año recordaremos en pocos meses Iom Hashoa y luego el Día del Recuerdo de los Caídos en Defensa de Israel. Son días que despiertan en mi un gran desafio. Huerfanos y viudos me contarán sus narraciones y nos asociaran a todos con el agujero que ha quedado en sus vidas. La percepción es que lo mejor de los mejores ya no estan.
Los israelíes de hoy han tomado el camino de Aharón.
En el corazón del día se escuchará una sirena y todos nos uniremos en silencio. Estaremos parados un hermano al lado del otro, callados. Religiosos ortodoxos, conservadores, liberales, sionistas, ashkenasies, sefaradíes, sobrevivientes de la Shoa y sus familiares. Todos estaremos juntos, en un minuto de silencio en el que no habrá explicaciones. Esconderemos el dolor bajo el sonido de la sirena. Un momento necesario de elevación espiritual en el que todos descubriremos que a veces la mejor de las explicaciones es el silencio.
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