El pasado 15-09 se realizó en la sede de Sherit Hapleitá y Generaciones de la Shoá el tradicional brindis de Rosh Hashaná. Comenzó con la actuación del violinista Salvador Wizenberg acompañado al piano por Alberto Levy quienes interpretaron canciones judías ante el numeroso público presente.
La presidenta de Generaciones de la Shoá, Diana Wang, fue moderadora del acto. El kidush (brindis) lo realizó como todos los años, el sobreviviente de la Shoá, jazán Samuel Dizenhaus. En primer lugar, dio la bienvenida el Presidente de Sherit Hapleitá, Sr. León Grzmot quien resaltó la importancia de recordar a las víctimas de la Shoá en especial durante los Iamim Noraim
El Cónsul de Israel, Sr. Guiora Loterstein, saludó a la concurrencia en nombre del Embajador de Israel . También saludaron el Sr. Angel Schindel vicepresidente de DAIA, el Sr. Roberto Brzostowski en nombre del Congreso Judío Latinoamericano y Abraham Szwarc de OSA .
La señora Feigue Machabanski, de Generaciones de la Shoá, saludó a los presentes recordando que Sherit Hapleitá tiene un significado muy especial para quienes son hijos de sobrevivientes y que como tales, se comprometen a fortalecer la memoria de la Shoá.
La Dra. Andrea Gualde expresó su reiterada emoción al poder compartir el brindis en ese lugar con los sobrevivientes y saludó por este nuevo año en nombre de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia.
El Sr. Abraham Lichtenbaum, Director de la Fundación IWO, agradeció a los sobrevivientes el poder acompañarlos en esta ocasión porque además, le hacía bien a él como persona. El Gran Rabino de la Comunidad Judía Argentina, Shlomo Ben Hamú habló sobre la importancia que tiene para el pueblo judío la recordación en estos días de Iamim Noraim y convocó a combatir el odio hacia Israel y la negación de la Shoá promovidos por el presidente de Irán.
Por ùltimo, el Presidente Honorario de Sherit Hapleitá, José Moskovits reflexionó acerca del perdón en la festividad del Iom Kipur y se preguntó enfáticamente si es posible perdonar a aquellos que asesinaron, torturaron y maltrataron a millones de judíos y a un millón y medio de niños por el sólo hecho de ser judíos. A su vez cuestionó el papel de la Iglesia Católica en esos años, que no excomulgó ni a Hitler y sus cómplices ni a los ultra-fascistas argentinos durante la dictadura militar.
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